Un golazo de Lionel Messi al minuto 14’ inicial pone a la selección de Argentina a soñar con cosas grandes y su pase a octavos de final, pero ante sí tiene un fuerte y duro rival que no ha permitido mayores libertades.
Argentina dominó el partido con control del balón. No obstante, Nigeria se aferró a las líneas de defensa para cerrar y achicar espacios a objeto de impedir mayores daños.
Una marcación férrea sobre Ángel Di’María y sobre el propio Messi han obstaculizado mayor creación en el mediocampo albiceleste. Para la segunda parte se espera un partido no apto para enfermos del corazón.
Segunda parte de infarto
Al minuto 86′ de la complementaria, cuando Argentina presionaba con todo en el área, un pase de Maxi Meza lo pudo definir con disparo directo Marco Rojo y ese segundo gol bastó para que los albiceleste resucitaran.
Messi atacó y se entregó durante los últimos minutos tratando de liquidar, pero el cansancio y la presión mellaron las intenciones. Sin embargo, la entrega, la casta de campeones mundiales y de sudamericanos les dio a los argentinos el aliento necesario para conquistar el triunfo ante el delirio de centenares de miles en San Petersburgo.
Una atajada de Franco Armani sobre el final del partido salvó a Argentina de un empate mortal y posteriormente la albiceleste se volcó a atacar insistentemente durante el resto del partido. Un penal reclamado por Nigeria también generó suspenso, pero en el VAR y la visual del propio árbitro decretó que no hubo tal jugada.
Argentina enfrentará en octavos al primero del Grupo C, Francia, otro once que no termina de llenar los ojos, pero que sin dudas se entregará en cancha para avanzar.
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