BBC: El Viernes Negro y por qué marcó el fin de la «Venezuela saudita»

BBC: El Viernes Negro y por qué marcó el fin de la «Venezuela saudita»

Rafael E. Fernández

En apenas tres lustros la moneda venezolana ha sufrido tres reconversiones, en las que se le eliminaron 14 ceros. No obstante, ilustra la reputación de la que gozaba mundialmente la moneda venezolana a mediados del siglo XX.

Esa fama desapareció el 18 de febrero de 1983. Era el último día de la semana laboral y, por ello, pasó a la historia con el sombrío nombre de «Viernes Negro». Ese día el gobierno del entonces presidente Luis Herrera Campins (1925-2007) anunció una drástica devaluación del bolívar.

«Desde la década de los 30 el bolívar fue una de las monedas más sólidas del mundo y símbolo de la prosperidad venezolana», le dice a BBC Mundo el historiador Tomás Straka.

Una prosperidad que atrajo a inmigrantes a un país petrolero que se estaba desarrollando y ofrecía grandes oportunidades.

«El bolívar fue un símbolo de aquello que hizo a Venezuela un país referencia en el siglo XX: el país del ascenso social, de las grandes obras de infraestructura, el país que atraía a inmigrantes de todos lados, que venció al paludismo y casi liquidó al analfabetismo. Esa Venezuela se desvaneció como un espejismo el Viernes Negro«, agregó el miembro de la Academia de la Historia de Venezuela.

El sueño se acabó

«El Viernes Negro supuso la ruptura del período de mayor estabilidad cambiaria y monetaria que tuvo país latinoamericano alguno», afirma el profesor de economía de la Universidad Central de Venezuela (UCV), José Guerra.

En la misma línea, el politólogo y consultor Fernando Spiritto apuntó en un artículo que el 18 de febrero de 1983 «culminó un largo ciclo de estabilidad económica que comenzó a inicios de los 60 y que con muy notables excepciones se caracterizó por alto crecimiento y baja inflación».

Hasta ese día el bolívar mantuvo una paridad fija de 4,3 por cada dólar estadounidense que ya duraba una década.

A partir de ahí se impuso un control de divisas con tres tipos de cambio, mediante el cual el gobierno adjudicaba las monedas extranjeras a los ciudadanos y a las empresas a determinado precio, de acuerdo con el uso que les iban a dar.

La devaluación empobreció, de la noche a la mañana, a los asalariados, jubilados y a todo aquel que tenía sus ahorros en bolívares, que perdieron un 70% de su valor.

La medida también provocó una desaparición de productos, debido al encarecimiento de las importaciones.

La semilla del Viernes Negro

La decisión de Herrera Campins se esperaba casi desde que llegó al Palacio presidencial de Miraflores, en marzo de 1979.

«Me toca recibir una economía desajustada y con signos de graves desequilibrios estructurales y de presiones inflacionarias y especulativas que han erosionado alarmantemente a la capacidad adquisitiva de las clases medias y de los innumerables núcleos marginales. ¡Recibo una Venezuela hipotecada!», fue el alarmante diagnóstico que el gobernante socialcristiano hizo al recibir la banda presidencial.

Para el economista José Guerra, quien también fue director de Investigaciones del Banco Central de Venezuela (BCV) y diputado de la Asamblea Nacional, la semilla del Viernes Negro se sembró en el gobierno anterior, liderado por el socialdemócrata Carlos Andrés Pérez (1974-1979).

En 1976 Pérez ordenó la nacionalización del petróleo, lo que supuso una inyección de recursos para el Estado.

Para Spiritto hubo un error de cálculo: «La deuda externa creció porque las autoridades económicas del gobierno de Pérez pensaron que los precios del petróleo subirían por un largo período»..

Herrera Campins intentó corregir el rumbo y el gobierno central comenzó a reducir el gasto público durante los años 1979 y 1980.

No obstante, la inflación y el malestar social que provocó el ajuste frenaron al gobernante, quien no tenía mayoría en el Congreso ni el respaldo de los sindicatos, del empresariado ni mucho menos de los ciudadanos para continuar con sus reformas.

«La gente quería gastar, nadie quería escuchar la palabra austeridad y eso era porque se creía que la economía seguiría creciendo a pesar de todo», explicó Aveledo.

Las causas externas

Aunque los errores y malos manejos de los gobiernos venezolanos provocaron la debacle del bolívar, los tres expertos afirmaron que hubo factores externos que también incidieron en la crisis.

«La decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos de elevar las tasas de interés hasta el 20% provocó una salida de capitales, que buscaban mejor rendimiento desde toda la región, incluida Venezuela; y elevó el costo de la deuda. Y para rematar en agosto de 1982 México se declaró insolvente e hizo que toda la deuda latinoamericana fuera caracterizada como peligrosa y que se cerraran las líneas de crédito», enumeró Aveledo.

Se estima que meses antes de la imposición del control de divisas los venezolanos sacaron del país unos US$ 8.000 millones. Las reservas del BCV, por su parte, pasaron de 19.069 millones en 1981 a apenas 4.000 millones en febrero de 1983.

«Algo traumático»

El Viernes Negro ha quedado grabado en la psiquis de los venezolanos. Esto, a pesar de que desde el punto de vista económico otros eventos como la crisis financiera de 1994, en la cual desaparecieron la mitad de los bancos que operaban en el país; o la hiperinflación de años recientes han sido peores.

Para Guerra, esto ocurre «porque venías de décadas de estabilidad, de tener los salarios más altos, la menor inflación y el mayor crecimiento de América Latina. Fue algo traumático».

«La Venezuela saudita se acabó ese día», agrega.

Info de BBC