Notizulia / Banca y Negocios
El Banco Central de Venezuela (BCV) redujo la liquidez monetaria en 729,7 millones de bolívares en la última semana reportada, un recorte de 6,58%, la mayor contracción en lo que va de año, en la semana del pasado 26 de agosto, el mismo período cuando invirtió más de 400 millones de dólares por concepto de intervención cambiaria.
Tal como lo había previsto Aristimuño Herrera & Asociados, luego de un incremento de 22,52%, en el corte semanal del 19 de agosto, la autoridad monetaria regresó a su estrategia de racionalización de la liquidez, con una rebaja del circulante equivalente a 93 millones de dólares, de manera que la liquidez retrocedió de 11.091 millones a 10.361 millones de bolívares que, al tipo de cambio oficial, equivalen a 1.320 millones de dólares.
Es posible que durante las próximas semanas, la liquidez monetaria registre aumentos más acotados, aunque las presiones sobre el gasto público son crecientes, pero tal parece que el efecto de los bonos especiales pagados a trabajadores del Estado, docentes entre ellos, ya fue absorbido, y se llegó a una tasa de cambio que el ente emisor tratará de mantener estable.
En el primer semestre del año, el dinero circulante en la economía aumentó 92,21%, mientras que en el mismo período de 2021, la expansión había sido de 249,09%.
Este es un elemento clave para explicar porqué la variación de la inflación en el primer semestre, según el BCV, fue de 38,03% -un alza mínima en un país recién salido de una hiperinflación-, mientras que en el mismo lapso de 2021, el índice de precios escaló 321,96%.
En lo corrido del segundo semestre del año, la liquidez ha subido 28,18 en dos meses, un promedio mensual de 14,09%, mientras que el promedio mensual de la primera mitad del año fue de 15,37%, lo que revela que no parece haber una expansión acelerada del circulante.
El cambio es una mayor volatilidad, con alzas semanales más elevadas seguidas de descensos también importantes.
Evidentemente, desde julio se ha incrementado la presión sobre el gobierno, porque había retrasado pagos a proveedores en bolívares, aunque la mayoría de estas erogaciones se hacían en moneda extranjera y, además, escaló la protesta laboral por deudas pendientes con docentes y otros sectores laborales.
La inestabilidad cambiaria no solo fue producto de esta presión, sino un descenso importante de la oferta de divisas; de hecho, el diputado y presidente de la Comisión de Economía de la Asamblea Nacional, Jesús Faría, reconoció la existencia una incapacidad de cubrir la demanda de divisas en el país, la cual se ha incrementado por el mismo crecimiento económico.
Explicó que esta limitación se ve recrudecida por la especulación, una realidad que, aseguró, es parte de la estructura de la economía rentista que hasta ahora ha imperado en Venezuela.
Esta circunstancia permite prever que el Banco Central de Venezuela tiene presión para no disminuir los montos de sus intervenciones cambiarias, por lo menos en el corto plazo