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La historia del boxeador Tyson Fury es de fantasía. Aprendió a pelear en la calles de Londres, se hizo boxeador, ganó los cinturones, fue sancionado por consumir cocaína. Durante los tres años de inactividad llegó a pesar más de 180 kilos y a tomar 190 botellas de cervezas por semana. Volvió gracias a su esposa, se consagró campeón y hoy es el ídolo de los ingleses y del mundo.
Tyson Fury no defraudó en una histórica jornada para el boxeo mundial: noqueó en el sexto round a Dillian Whyte ante más de 94 mil personas en un mítico Estadio de Wembley que tuvo sus tribunas colmadas para seguir de cerca la presentación del Rey de los Gitanos, que anunció que este podría ser el último evento de su carrera profesional.