En Maracaibo hacen falta más de 10 mil unidades de trasporte público y para los usuarios abordar un carrito, microbús, autobús, vans o chirrinchera, es una odisea. Mientras los estudiantes, trabajadores, abuelos, embarazadas, amas de casa y personas con algún tipo de discapacidad esperan horas, pelean y pagan un pasaje elevado, más de 50 vehículos están abandonados en un terreno en el que funciona una empresa de construcción en el sector Mata Clara, vía a planta C. Otras 200 están en el patio de los talleres del Metro.
Los buses rojos, como se les conoce, permanecen sin cauchos, vidrios, cubiertos de maleza y desvalijados. Al transitar por la avenida 130 de la arteria vial que conduce hasta la Planta de Potabilización Alonso de Ojeda y superar un restaurante que posee un jardín, un camellón de tierra a mano derecha que se extiende a lo largo de 250 metros, lleva hasta el «tesoro» rojo en decadencia.
Con el logo de MetroMara intacto, las unidades son calcinadas por el Sol, a excepción de una que las llamas de las pasadas protestas sacaron de circulación. Los vecinos, quienes prefirieron no identificarse, comentaron que el lugar pertenece a la compañía estatal de transporte y desde hace tres años veían como entraban y salían los buses con frecuencia. Unos tres meses atrás todo cambió. Según testimonios, están inoperativos y varados allí. Su única función es sustraerle las piezas que funcionan para colocarla en otras unidades.
Pasado turbio
La semana pasada, se llevaron cinco en grúas y llegaron dos. Por las noches los movimientos de entrada y salida son recurrentes. Lugareños afirman que desconocen su procedencia y detalles de los encargados del sitio. Las unidades que integran el sistema de transporte masivo, llegaron al país por primera vez en noviembre de 2013 a través del Fondo Conjunto Chino-venezolano. Haiman El Troudi, ministro de Transporte para la fecha, informó que arribaban 300 autobuses que serían distribuidos en las principales ciudades del país. Era la primera tanda acordada.
En pocos meses, según él, verían una explosión de sistemas de transporte para favorecer a millones de personas. La meta era llegar a más de 40 ciudades para beneficiar la mayor cantidad de personas y contribuir con la reducción de la congestión y ordenamiento de las metrópolis. A mediados de 2014 entró en circulación el Metrobús y el 2 de diciembre de 2015 fue inaugurada en Yaracuy la fábrica «más grande» de este tipo en América Latina, con una capacidad de producción de tres mil 600 autobuses por año.
En su fase inicial se ensamblarán tres vehículos colectivos al día, cerca de 90 por mes. A mediados del año 2016 se completaría la etapa de producción, que permitiría alcanzar la capacidad plena de 14 unidades al día. Para su creación y puesta en marcha se invirtió un monto superior a los 16 mil millones de dólares.
Escándalos sobre ruedas
Una nota publicada por Efecto Cocuyo en marzo del presente año, deja constancia de las declaraciones realizadas por Jony Rahal, diputado de la Asamblea Nacional por el estado Nueva Esparta, el cual afirmó que la Fundación Fondo Nacional de Transporte Urbano (Fontur), ente adscrito al Ministerio de Transporte, presuntamente sobrefacturó 651 millones de dólares en la importación de siete mil 016 autobuses Yutong entre 2011 y 2015.
El parlamentario opositor aseguró que cada unidad fue adquirida por 179 mil 852 dólares, cuando el costo promedio es de 87 mil dólares. Un exceso que supera los 92 mil dólares por cada uno. Dijo que la fábrica de ensamblaje estaba inoperativa y de los siete mil vehículos, más de tres mil 500 estaban abandonados.
Los «mamotretos» parqueados sin utilidad costaron a la nación 629 millones 482 mil dólares. En la página del Ministerio de Relaciones Exteriores venezolano, se lee que para marzo de 2016, en la planta mixta se ensamblaban 200 buses cada dos meses y se acoplaron los modelos que arribaron del país asiático con capacidad de 25, 34 puestos y 54 puestos. Otto Calaiacovo, presidente de la planta Yutong, apuntó en su momento que incluso, al tener 40 por ciento de las partes nacionales, un porcentaje de la producción sería exportado. En la actualidad, Julio León Heredia, gobernador de Yaracuy, es el encargado de la planta de acuerdo a su perfil en Poderopedia.
Las calamidades que pasan los zulianos, relatos de vecinos, denuncias de parlamentarios y testimonios fotográficos, se suman a los reclamos de trabajadores del Metro de Maracaibo, quienes a principio de año exigieron a las autoridades gubernamentales reparar casi 240 BusMetromara, que se encontraban inoperativos. Los presuntos ataques que recibieron las unidades durante las protestas recientes, restringieron operaciones y afectaron el servicio. El abandono y la decidía se encargan del resto.