¡MAGALLANES-CARACAS! Fanáticos amanecen por una entrada

¡MAGALLANES-CARACAS! Fanáticos amanecen por una entrada

Sin importar la circunstancia socioeconómica y la circunstancia deportiva individual que cada club tenga, este miércoles, al menos 22.690 personas abarrotarán el estadio Universitario de Caracas para vacilarse el último clásico de la LVBP en la temporada regular. Los aficionados empezaron a llegar a las taquillas en la tarde-noche del martes 26 de diciembre, aún con la resaca y el cansancio de las actividades navideñas de 24 y 25, pero con la firme convicción de obtener el derecho a una silla para ver ganar -o perder- a su equipo favorito.

Un Caracas-Magallanes es el equivalente -en Venezuela- a un Yankees-Boston, o a un Licey-Cibao, o -guardando las obvias distancias- a un Madrid-Barcelona. Es el espectáculo deportivo por excelencia de este país, el que paraliza al país, el que mueve las fibras más profundas de los venezolanos que aman al béisbol como a la arepa o a la hallaca en Navidad. 

Sin importar cómo lleguen los dos clubes a cada enfrentamiento, el Caracas-Magallanes es otra cosa. Trasciende tabla de posiciones, series particulares, clasificación o no de cualquiera de los clubes, pero este año, hay una particularidad, el Caracas quiere sacarse la espinita de haber sido dominados por el Magallanes en los 8 compromisos anteriores y el Magallanes no tiene otro objetivo más que barrer a su eterno rival y así igualarlo en aquella barrida aún recordada por caraquistas y magallaneros, donde los felinos derrotaron a los turcos en los 13 juegos que disputaron, por allá por los años 70.

A esta particularidad, sumémosle que ambos equipos llegan cómodamente clasificados a la postemporada y uno detrás del otro con una diferencia pírrica. Un triunfo hoy del Caracas lo dejaría con registro de 35-27 y a los Navegantes con marca de 35-26, lo cual significa que la tabla de posiciones es muy susceptible a cambios y ambos equipos buscarán el mejor lugar en la tabla para efectos de las escogencias de refuerzos y sustituciones, pues ya, ambos clubes aseguraron abrir postemporada en casa, lo que además da a entender que en la postemporada, Caracas y Magallanes no se verán las caras, a menos que ambos avancen a la serie final.

En todo caso, pese a la crisis, a los precios de infarto, a las colas para todo, a la escasez, a la carestía, al precio de los boletos y del consumo dentro del estadio, a pesar de la inseguridad, del tema del transporte, del costo de los pasajes y de muchas otros padecimientos de la sociedad venezolana, para un país alegre y beisbolero, vale la pena el sacrificio por vacilarse su Magallanes-Caracas y darse al menos ese gusto antes de finalizar el año.

Redacción Notizulia

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