“Dolarizados” los antidiabéticos en el mercado negro

Una crisis de estrés empañó la ilusión de Génesis Chávez durante su embarazo. El temor a morir se hizo más latente que la esperanza, pues no encontraba, ni en Maracaibo, ni en San Francisco, la insulina Lantus, recetada para la diabetes que padece desde hace 14 años. 

En octubre de 2016, cuando la joven de 25 años tenía tres meses de gestación, el Ivss dejó de entregarle el fármaco que debía inyectarse diariamente. Desde entonces, tuvo que transitar un “viacrucis” junto a su familia. 

“En ninguna farmacia había. Entré en un estado de desesperación total porque mi vida y la de mi bebé corrían peligro. Mi familia comenzó a pasar cadenas y a hacer publicaciones por varios periódicos; gracias a Dios, mucha gente me donó, incluso, desde Táchira y Colombia. También hicimos ‘trueques’. Así fue como pude seguir medicándome”, relató Chávez, quien dio a luz en julio pasado a su primera hija.

Pero no todo fue solidaridad. Muchos revendedores se aprovecharon de la necesidad de Génesis para ofrecer, a precios indiscriminados, el antidiabético. 125 mil bolívares fue uno de los precios que le propuso un “bachaquero” por un frasquito de Lantus. 

Mientras que un trabajador de una farmacia, más “considerado”, le pidió 60 mil bolívares por uno de NPH, otro tipo de insulina. “Ya habíamos recogido el dinero, pero fuimos a la última farmacia que nos faltaba. Afortunadamente, pudimos comprar seis frascos. Gastamos Bs. 19.500, en total”, contó.

Pero la escasez no solo “arropa” los medicamentos; los insumos para los diabéticos tampoco se consiguen. Los precios de las tiras reactivas para glucómetros pueden superar los 200 mil bolívares en el mercado negro. Las 50 bandas de la caja alcanzan solo para 16 días, para alguien que se monitoree la glicemia tres veces al día. 

Alejandro Suárez, de 33 años, se administra las insulinas Novolín N y Novolín R. Asegura que, en las pocas farmacias en las que se encuentran, el presupuesto para un mes de medicación supera los 400 mil bolívares. Él también ha recurrido a las donaciones. 

El escenario no pinta de un tono más favorable para quienes toman antidiabéticos. Según los entrevistados, la escasez de las pastillas es casi total. “Desde hace un año, mi mamá dejó de tomar el Glucofage porque no lo conseguimos por ningún lado. No nos queda más remedio que controlarla con una dieta adecuada”, refirió Mayra Ocando, aliviada porque los niveles de glicemia de Orfa Vargas, su madre, no superan los 100 miligramos. 

La ONG Convite, AC., realizó una investigación el año pasado, en Caracas, en la que determinó que la falta de fármacos para la diabetes fue de 90,13%. Los hallazgos motivaron a desarrollar otra investigación, en los próximos seis meses, en seis entidades del país, incluyendo el Zulia. 

“No llegan medicinas para la diabetes desde hace casi dos meses. Ahora solo tenemos Metformina de 850 mg, pero casi nadie se la lleva porque la que recetan es de 500 mg”, reveló Jesús Pérez, farmaceuta de La Concepción.

La caja del medicamento, en presentación colombiana, cuesta 10.500 bolívares. “La venezolana no llega desde hace más de seis meses”, aseguró el trabajador.

Algunos pacientes optan por tomar preparados naturales o remedios caseros como moringa o té de jamaica. Pero otros padecen una condición más grave que no da espacio para la medicina alternativa. 

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