El análisis de Aula Abierta sobre la catástrofe social del país

Los venezolanos se encuentran sumergidos en un caos sistémico: Ausencia del servicio de agua potable, cortes eléctricos improvisados por largas horas, deficiencias en el transporte público, escasez de dinero en efectivo, imposibilidad en el acceso a medicamentos y alimentos de primera necesidad y la conexión a Internet más lenta en América Latina; factores que sin duda alguna han provocado el mayor éxodo en la historia moderna de las Américas, según se han pronunciado distintos órganos internacionales de protección de derechos humanos, reseñó el portal Aula Abierta, a través de una publicación que titulan Alarma en Venezuela.

La organización Aula Abierta presenta un balance de lo que denominan caos sistémico, detallando la manera como ha venido afectando a la población y consecuentemente el declive indetenible de la calidad de vida de los ciudadanos.

Catástrofe eléctrica y de agua

Venezuela padece un severo racionamiento de agua, que los entes gubernamentales atribuyen a la sequía de los últimos años, aun cuando el país cuenta con grandes reservas hídricas que incluyen al río Orinoco -uno de los más caudalosos de América- en los últimos 18 años se han incorporado solo dos embalses, uno de ellos para almacenar agua potable, lo cual parece insuficiente considerando el crecimiento poblacional.

Las empresas de agua potable (todas públicas) son débiles institucionalmente, con un equilibrio financiero precario que les impide hacer algún tipo de inversión que les permita mejorar el servicio.

Este problema con el agua potable envuelve a las universidades venezolanas. La Universidad Simón Bolívar (USB) se vio afectada por más de 15 días sin suministro del servicio lo cual produjo una insalubridad en algunas áreas, fundamentalmente en los sanitarios. La Universidad del Zulia (LUZ) ha tenido que cesar sus actividades en varias ocasiones por no tener agua en los edificios, en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de LUZ los baños de damas estuvieron clausurados por más de 2 meses por problemas con el servicio de agua potable.

Otro tema que genera preocupación es el caso de la energía eléctrica en Venezuela, la cual continua con fallas graves en los últimos años, la navidad del 2017 y el inicio de este año 2018 quedaron marcados por la interrupción del fluido eléctrico en el país. Más de nueve estados han sido afectados por cortes eléctricos en lo que va del año 2018. Los habitantes de Zulia, Mérida, Táchira, Trujillo, Barinas, Portuguesa, Lara, Falcón y Yaracuy han sido los más perjudicados, permaneciendo hasta días enteros sin servicio de energía eléctrica.

Estos apagones se han prolongado hasta el mes de abril, convirtiéndose en el pan de cada día de la mayoría de los venezolanos, que solicitan una respuesta a los entes eléctricos nacionales y regionales, por la ineficiencia en la resolución de este problema que se resumen en la suspensión del servicio eléctrico entre dos y tres veces al día.

El Estado Zulia cuenta con 12 generadoras de energía, de las cuales 6 se encuentran sin prestar servicio, lo cual representa una pérdida de aproximadamente 350 megavatios de unos 600 necesarios para la prestación de un servicio de calidad. En este sentido, es necesario sacar circuitos con fluido eléctrico por largas horas motivado a que no se está generando los megavatios suficientes por la falta de mantenimiento y servicio a las maquinas generadoras. Lo cual ha ocasionado cortes eléctricos improvisados que van desde 3 a 12 horas.

Las universidades no se escapan de la falta del servicio eléctrico, la Universidad de Oriente (UDO) tiene aproximadamente 2 años y medio sin electricidad, la causa de este problema fue el robo masivo de cables eléctricos que iniciaron en noviembre de 2015. Ese mismo año, funcionarios del Estado aseguraron que Corpoelec realizaría la sustitución de los cables.

En la Universidad Simón Bolívar (USB), el departamento de Información y Medios publicó el pasado 5 de abril que no cuentan con servicio eléctrico en los edificios de Ciencias Básicas 1 y Ciencias Básicas 2, debido a una avería de un transformador. Dicho problema no les permite utilizar las instalaciones y, en consecuencia, se han visto afectadas las actividades administrativas y de apoyo que son medulares para la universidad.

Caos del transporte en Venezuela menoscaba el derecho a una educación de calidad

El transporte público en Venezuela es precario, donde el precio del pasaje cada día es más elevado comparado con la capacidad adquisitiva de los venezolanos. Los estudiantes y profesores universitarios no escapan de la trágica situación, porque dejan gran parte de sus bajos sueldos en el traslado hacia el recinto universitario.

La problemática del transporte público se agudiza ante la ausencia de autobuses y carros por puestos. El mantenimiento a estas unidades es prácticamente imposible, por lo cual los zulianos han optado por hacer uso de las llamadas “Chirrincheras” como alternativa ante la escasez de transporte público. Es importante señalar, que este medio de transporte no cuenta con las medidas de seguridad apropiadas, porque incurren en exceso de velocidad y aglomeran personas.

En el caso de las universidades, las rutas y vías ofrecidas por el servicio de transporte estudiantil de las casas de estudio siempre se han erigido como un apoyo fundamental en el proceso educativo. En la actualidad el inexistente transporte estudiantil se ha convertido en unos de los factores que ha agravado el fenómeno de la deserción estudiantil y esto se debe a la crisis presupuestaria que atraviesan las universidades venezolanas, por motivo de la concentración de las competencias que le fue otorgada a la Oficina de Planificación del Sector Universitario.

Escasez de dinero en efectivo

Actualmente, los venezolanos tienen un acceso limitado al dinero en efectivo, las entidades bancarias no suministran las cantidades suficientes que los usuarios necesitan. Los bancos tienen como límite entregar a cada persona entre 10.000 y 30.000 bolívares diarios, lo que representa hasta el 16 de abril unos 0,04 céntimos de un dólar.

Esta situación, ha llevado a que muchos paguen ilegalmente comisiones en comercios, los llamados avances de efectivo, que consisten en pasar una tarjeta bancaria, a cambio de elevados porcentajes, por el punto bancario de estos locales para así recibir el dinero, en algunos casos el porcentaje puede llegar al 150%, pese a que esta medida fue prohibida por la Superintendencia de Instituciones del Sector Bancario.

La escasez del dinero en efectivo afecta directamente a los miembros de la comunidad universitaria, debido a que tienen que cancelar porcentajes excesivamente altos para la obtención del dinero que le es indispensable para llegar al recinto universitario a cumplir con las actividades académicas.

Imposibilidad en el acceso a medicamentos y alimentos de primera necesidad

En el 2018 ha empeorado el grave desabastecimiento de los rubros básicos en Venezuela, un problema que no hace distinción entre los distintos estratos, además se no se observa ninguna intención gubernamental de corregir las deficiencias que agudizan la crisis de salud.

El grave desabastecimiento de medicinas es uno de los más dramáticos signos de la crisis en la cual se encuentran sumergidos los venezolanos. Luis Francisco Cabezas, director de la organización no gubernamental Convite, señaló que el monitoreo que realizan en 160 farmacias de 5 de las principales ciudades del país –Caracas, Barquisimeto, Mérida, Maracaibo y Porlamar– confirmó, para el mes de noviembre, la escasez de más de 90% de los fármacos que se requieren para tratar las diarreas, infecciones respiratorias, diabetes e hipertensión, principales causas de enfermedad de los venezolanos.

En el caso de los universitarios, las deficiencias en el Sistema Integrado de Salud son preocupantes. En marzo del 2017, se dio inicio a un nuevo sistema denominado “Sistema Integrado de Salud del Ministerio de Educación Universitaria (SISMEU)”, administrado directamente por la Oficina de Planificación del Sector Universitario (OPSU), el cual en la actualidad presenta morosidad en los pagos directos que hace el sistema a las principales clínicas del país, trayendo como consecuencia que hayan cerrado por completo la línea de crédito al SISMEU, generando con ello inconvenientes a la familia universitaria. Esto sin duda, ocasiona un perjuicio en la esfera de derechos de los profesores y otros trabajadores del sector universitario en Venezuela.

Internet por el subsuelo

Aula  Abierta desde el 2014 ha venido denunciando la grave crisis del sector de las tecnologías de información y comunicación, relacionado con problemas de conectividad y capacidad de descarga de información de internet, lo que impide el tráfico de información, por medios electrónicos en Venezuela.

Para el 2018 la situación no ha cambiado, por el contrario, los problemas de acceso y velocidad de internet se han agudizado. La lentitud (velocidad de navegación), es tan grave en algunas horas, que dificulta, y prácticamente imposibilita la gestión de las actividades cotidianas, para las cuales esta herramienta es indispensable, tales como, trámites bancarios, otorgamiento de citas, asuntos de trabajo, educativos, investigación, búsqueda de información, pago de servicios públicos, pago de tributos, entre otros.

En este sentido, las universidades, incluyendo la Universidad del Zulia, enfrentan una “severa crisis” en materia de conectividad, la incorporación de la tecnología de información en los estudios universitarios resulta seriamente afectada, en virtud de la obsolescencia de los equipos, la insuficiente conectividad y la reducida velocidad de navegación en internet. Lo que se resume en la violación a diversos derechos humanos; el derecho a la educación, libertad académica y de realizar investigación científica de calidad, acorde a los requerimientos internacionales y la sociedad digital.

NOTIZULIA / Nota de Prensa

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