El canje de la semana pasada entre Marlins y Padres que envió a Luis Arráez de Miami a San Diego por el lanzador derecho coreano Woo-Suk Go y los prospectos Dillon Hean, Jakob Marsee y Nathan Martorella, se ubica entre los tres cambios más importantes de las Grandes Ligas que han involucrado a peloteros de nuestro país en las últimas ocho décadas.
Arráez, considerado como el bateador más hábil del momento, tal y como lo demuestran sus títulos de champion bate en las últimas dos temporadas, en las que redondea average combinado de .335 (de 1121-376) con apenas 77 ponches en 291 juegos, se une a Miguel Cabrera y Johan Santana en las transacciones de criollos que han despertado mayor interés desde que el 25 de octubre de 1955 los Medias Blancas enviaron a Alfonso “Chico” Carrasquel a los Indios de Cleveland, junto con el outfielder Jim Busby, a cambio del jardinero y futuro Salón de la Fama Larry Doby, para dejarle el cupo de shortstop titular en Chicago al entonces novato Luis Aparicio.
Guardando las distancias de altísimo rendimiento y distinciones que obtuvieron en sus trayectorias, a Arráez solo le falta una buena extensión de contrato para ubicarse a la par junto Cabrera y Santana.
Después que jugó sus primeras cinco campañas con los Marlins, Cabrera fue enviado el 4 de diciembre de 2007 a los Tigres de Detroit, junto con el pitcher Dontrelle Willis, por cuatro pitchers (Dallas Trahern, Burke Badenhop, el dominicano Frankie de La Cruz y Andrew Miller; el catcher Mike Rabelo y el jardinero Cameron Maybin).
Antes de concluir el entrenamiento primaveral de 2008, los bengalíes, decidieron ampliar por ocho temporadas el contrato del maracayero por $153.3 millones y en ese lapso respondió con cuatro títulos de bateo, una Triple Corona y dos trofeos de Jugador Más Valioso.
No habían transcurrido ni siquiera dos meses del cambio de Cabrera, cuando el 2 de febrero de 2008 los Mellizos canjearon a Santana a los Mets por el jardinero dominicano Carlos Gómez y tres pitchers: el venezolano Deolis Guerra, Philip Humber y Kevin Mulvey.
De inmediato los Mets anunciaron que ampliaban por seis años más el contrato del merideño que a los 29 años de edad había ganado dos veces (2004 y 2006) el premio Cy Young de la Americana. Santana se convirtió entonces en el pitcher mejor pagado de MLB, con honorarios de $137.5 millones para las temporadas entre 2008-13.
Otras negociaciones
En un período de más de sesenta años, hay otros canjes que han involucrado talento venezolano y provocado gran interés en la fanaticada. Destacan, entre otros, el de Luis Aparicio, quien el 14 de enero de 1963 pasó de los patiblancos a los Orioles y en su tercer año en Baltimore ganó la Serie Mundial. En los años ochenta se dieron dos cambalaches.
El 6 de diciembre de 1982, Antonio Armas pasó de Oakland a Boston y en su segunda campaña con los patirrojos (1984) quedó líder en jonrones (43) y remolcadas (123), primer criollo en lograrlo. El 29 de julio de 1989, Wilson Álvarez pasó de los Rangers a los Medias Blancas y en Chicago cumplió destacada trayectoria por 7 de sus 14 campañas en MLB.
En los noventa destaca el envío de Houston a Seattle de Freddy García y Carlos Guillén a cambio del zurdo Randy Johnson y en el nuevo milenio sobresalen Elvis Andrus (2007) de Atlanta a Texas; Carlos González (2008) de Oakland a Colorado; Gleyber Torres, de Cachorros a Yankees y Andrés Giménez (2021) de Mets a Guardianes.
Fuente: Líder
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