Ofrecer como incentivo un cartón de huevo a los trabajadores es una de las tantas medidas que adoptan las empresas zulianas para frenar el ausentismo y la pérdida del talento humano.
“El empresario se ha convertido en un proveedor de comida, y termina resolviendo un problema que es humanitario”, asegura Franco Cafoncelli, presidente de Fedecámaras Zulia.
Al incentivo alimenticio se le suma la adaptación de nuevos horarios, el traslado de los empleados y la entrega de bonos, prácticas que usan los patronos para ayudar a su personal en medio de la escalada inflacionaria que experimenta el país, y que pulveriza cualquier aumento salarial.
Cafoncelli recalca que la principal preocupación del trabajador es la alimentación. Conoce de casos donde el patrono regala mensualmente una bolsa con comida. “Hoy en día para mantener su empresa abierta, tiene que dar la ayuda de comida porque de lo contrario el personal se termina yendo”.
Agregó que otras empresas, con las que están dentro del sector comercio, adaptan sus horarios, y en algunos casos trabajan en horario corrido por el tema de alimentación y para que el empleados salga más temprano.
“Cada empresa adopta medidas de acuerdo a su razón de ser y necesidades”. Como ejemplo, Cafoncelli señala a las dedicadas a restaurantes y servicios, que en algunos casos decidieron abrir solo los días que tienen mayor demanda y les genere mayores ingresos.
Los empresarios también usan la práctica de otorgar bonos, que en algunos casos son el doble del salario mínimo decretado en enero (248.510 bolívares). El representante de Fedecámaras Zulia resalta que hay algunos que otorgan el incentivo en dólares, pero aclara que ello pudiera no ser constante.
“Aunque el empresario quiera pagar más, no lo puede hacer, porque llega un punto en que la empresa pueda quebrar debido a que también está afectada por la disminución de su producción y de sus ventas”.
