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El Papa Francisco pidió este sábado que el Mediterráneo «sea un laboratorio de paz» ante los actuales «nacionalismos anacrónicos y beligerantes que quieren acabar con el sueño de la comunidad de naciones», en el discurso que pronunció en la clausura de los Encuentros del Mediterráneo en Marsella, en el sur de Francia, adonde llegó este viernes.
El Papa viajó a Marsella para participar en la III edición de estos encuentros, en los que han participado unos 60 obispos de la zona junto a jóvenes procedentes de varios países de la cuenca mediterránea.
En el Palais du Pharo, donde se ha celebrado la reunión, Francisco afirmó que «a menudo oímos decir hoy que la historia mediterránea es un entramado de conflictos entre civilizaciones, religiones y visiones diferentes. No ignoramos los problemas, pero no nos dejemos engañar: los intercambios que han tenido lugar entre los pueblos han hecho del Mediterráneo una cuna de civilización, un mar rebosante de tesoros».
Ante el presidente de Francia, Emmanuel Macron; el ministro francés del Interior, Gérald Darmanin; la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, y el vicepresidente de la Comisión Europea Margaritis Schinas, el papa aseguró que el Mediterráneo es un “espejo del mundo” y «lleva en sí mismo una vocación global a la fraternidad, único camino para prevenir y superar los conflictos».
«Con las armas se hace la guerra, no la paz»
Por ello, destacó que «en el actual mar de conflictos, estamos aquí para reconocer el valor de la contribución del Mediterráneo, y que vuelva a ser un laboratorio de paz».
«Porque ésta es su vocación, ser un lugar donde países y realidades diferentes se encuentren sobre la base de la común humanidad que todos compartimos, y no de ideologías contrapuestas», agregó.
En este sentido, afirmó: ¡Cuánta necesidad tenemos de él en la coyuntura actual en la que nacionalismos anacrónicos y beligerantes quieren acabar con el sueño de la comunidad de naciones!».
«Pero recordémoslo, con las armas se hace la guerra, no la paz, y con la ambición de poder se vuelve al pasado, no se construye el futuro», dijo el Pontífice.
El Papa, muy preocupado por el cuidado del medio ambiente, también expresó su preocupación por «el desafío climático», ya que en el Mediterráneo «estos cambios se dejan sentir con mayor rapidez».
«¡Qué importante es cuidar la maquia mediterránea, tesoro único de biodiversidad!», agregó.
EFE