El Primero de Mayo, Día Internacional del Trabajador, representa en Venezuela una fecha emblemática, cargada de historia, reivindicaciones, esperanzas, simbolismos y trascendencia social. Más allá de ser un día feriado, se erige como un recordatorio constante de las luchas y conquistas de la clase obrera, en su incansable búsqueda por condiciones laborales justas y dignas.
Por lo tanto, las raíces del Primero de Mayo se remontan a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando el país se encontraba en pleno proceso de industrialización. Las precarias condiciones laborales, las extensas jornadas de trabajo, la falta de protección social y la ausencia de derechos básicos, como la salud y la educación, dieron lugar a un creciente descontento entre los trabajadores.
Fue en 1899, durante el gobierno de Cipriano Castro, cuando se realizó la primera manifestación obrera en Caracas, para conmemorar el Día del Trabajador. A partir de entonces, esta fecha se convirtió en un punto de encuentro y movilización para la clase trabajadora venezolana, exigiendo mejoras en sus condiciones de vida y trabajo.
Un hito histórico: el reconocimiento oficial
En 1936, bajo la presidencia de Eleazar López Contreras, se oficializó la celebración del Día del Trabajador en Venezuela. Este hecho marcó un hito histórico, en el reconocimiento de los derechos laborales y la importancia de la clase obrera en el desarrollo del país.