Escuchar a un niño decir que quería convertirse “en un pram para tener dinero, poder y las mujeres más bonitas”, motivó a Oscar Pérez a desempolvar y un caso real del CICPC y llevarlo a la pantalla grande. De esa manera, enseñaría a la generación de relevo que “los malandros están destinados a morir jóvenes”.
Según relata el actor Marcos Moreno, compañero de reparto en la película Muerte Suspendida, Pérez fue criado en un despacho policial, influenciado por su abuelo y su padre, quienes eran funcionarios. “Cada paso de Oscar era con el propósito de reivindicar el cuerpo policial, un oficio muy desprestigiado por la sociedad”, recuerda Moreno durante una entrevista con Versión Final.
Hoy, luego de su muerte, parte del elenco de Muerte Suspendida rinde tributo a su memoria. Es recordado como “un hombre leal, padre de familia, el seguidor de la justicia, un venezolano que amaba a su país y su carrera”, así lo define el también actor, Laureano Olivares.
Aunque el polifacético inspector de 36 años no pudo cumplir el sueño de realizar la segunda parte de su película, en la que encarnó al el Inspector Robles y participó como productor, dejó claro que su legado es tan profundo como el mar que evocaban sus ojos azules. Se convirtió en el “Súper policía” que trascendió la realidad, en la búsqueda de sus ideales.
NOTIZULIA / Versión Final
