Desde las 10.00 de la noche de ayer, lunes 18 de diciembre, muchos ciudadanos aparcaron en algún punto de la ciudad cercano a una estación de combustible, sumándose a la interminable fila de vehículos formada para surtir de gasolina y allí durmieron, pues, pasadas las 6.00 de la tarde de ayer mismo, las estaciones se encontraban vacías y a la espera de la gandola que suministra el combustible a los tanques.
Pasaron la noche haciendo la cola, a expensas de un atraco, sin importar la incomodidad o si mañana (o sea hoy) debían ir a trabajar. Muchos desafortunadamente les agarró este colapso con su tanque a menos de un cuarto y se vieron obligados a integrar la cola para poder surtir y así trasladarse seguros hasta su destino, pero muchos otros lo hacen como una práctica “normalísima” de hacer cola por gusto o porque están “matraqueando” o “bachaqueando” con la gasolina para revenderla, por ejemplo, en el sector Ciudad Lossada que es una bomba de tiempo donde opera, en las narices de las autoridades, la venta ilegal de gasolina.
Así amaneció Maracaibo, colapsada por los cuatro costados, donde en cada calle y avenida donde hay una estación de gasolina, entre las colas y el tráfico se crea el gran cuello de botella.
El problema empeora si la estación de servicio antecede a una zona residencial, como es el caso de la estación más grande de la ciudad, la bomba El Turf, situada en la Circunvalación 2 justo en la entrada de la urbanización San Rafael. La cola se adentra hasta la urbanización y atraviesa literalmente toda la calle 98 hasta llegar a la Circunvalación 3.
Desde luego, la fila de carros se aparca frente a las viviendas. Los conductores se bajan del automóvil y forman su tertulia en el frente de las casas donde en muchos casos echan basura y obstruyen la salida y entrada de los vehículos de los respectivos garajes, toda una calamidad.
En el caso de calles y avenidas, es terrible el colapso vehicular. Enormes colas de carros para surtir genera otra enorme cola de los que deben calarse el desorden y que transitan en su carro por las vías.
La gente con indignación vociferan: ¿Dónde está el gobernador de la seguridad y el alcalde que nadie responde por este desastre?
En las estaciones, sus administradores y propietarios refieren que un retraso en los buques de carga de combustible que importa Venezuela ha ocasionado el retraso en los llenaderos y a su vez en la distribución del combustible a las estaciones de servicio, fundamentalmente en las ciudades fronterizas de Maracaibo y San Cristóbal y todas las áreas adyacentes del estado Zulia, Táchira y Apure.
La mayoría de las estaciones están cerradas a la espera del surtido de gasolina –que debió producirse desde el fin de semana- Mientras tanto, las colas siguen creciendo de manera incontrolada y en las cuales ya se reportan atracos y altercados entre los conductores.
¿Terminará diciembre con esta nueva calamidad para los zulianos o habrá respuesta y solución eficiente en los tres niveles de gobierno? Mañana será otro día.
Ernesto Ríos Blanco / Fotos Cortesía Panorama
