El ambiente que se respiraba este viernes era de tristeza, el pueblo zuliano recordó la crucifixión y muerte del Señor Jesucristo. Los marabinos acompañaron al Santo Entierro o Sepulcro, en la tradicional procesión del Viernes Santo.
Desde la Catedral salió la imagen del cuerpo de quien se sacrificó por los pecados de la humanidad. A las 6:00 de la tarde arrancó el recorrido. Entre recogimiento y oración, los devotos caminaron en comunidad.
Antes de la procesión, el arzobispo de Maracaibo, monseñor Ubaldo Santana y Jesús Quintero, párroco de la Catedral, presidieron la Celebración litúrgica de la Pasión del Señor.
Quintero resaltó la importancia de meditar en la pasión y crucifixión del Señor. “Cada Viernes Santo conmemoramos el misterio doloroso de nuestra redención, que significa rescate; se recupera algo perdido a cambio de otra cosa que se entrega. En la redención se recupera la humanidad”, explicó.
Apuntó: “La cruz son dos palos que se cruzan, es todo aquello que se atraviesa en nuestro camino tocando proyectos acariciados. Es una realidad en la vida de los hombres, pero la diferencia no está en que unos caminan cargados y otros con la frente erguida, sino en la manera de llevarla”.
Por ello, Quintero advirtió que el Viernes Santo es el único día lícito para que los cristianos estén tristes.
Más temprano, a las 2:30 pm, se efectuó el Sermón de las Siete Palabras, en el que los mismos fieles explicaron el significado de las últimas frases que Jesús pronunció antes de morir en la cruz: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen; yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso; he aquí a tu hijo, he aquí a tu madre; Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?; tengo sed; todo se ha cumplido y Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.
Destacaron la sabiduría, la humildad y el profundo amor que Jesús demostró hasta su último respiro.
