¡ES EL DIABLO! Regala a sus tres hijas, viola y mata a la cuarta

No puede calificarse de otra manera, sino una monstruosidad imperdonable lo que, presuntamente, hiciera Lignarys Michel Quevedo Parra, de 27 años, tras asesinar a golpes a la menor de sus hijas, una bebé de apenas un año y siete meses de nacida.

El evento dejó petrificados a los vecinos del barrio Encantado, sector San Ramón, municipio San Francisco, estado Zulia.

La indigna madre y su pareja, acudieron al Hospital Materno Infantil de San Francisco, a decir que la niña «se había caído» pero momentos antes, los vecinos llevaron a la pequeña medio muerta y los doctores no pudieron salvarla. Tras realizar la autopsia, el equipo forense verificó que la niña murió como consecuencia de una salvaje golpiza que desprendió varios de sus órganos, entre ellos el hígado. Acto seguido, refirieron la novedad a la División de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) que envió al hospital a una comisión para abordar la denuncia.

Los funcionarios interpelaron en el hospital a los padres de la menor asesinada, quien fue identificada como Naibeli Joseli  González Quevedo, y éstos señalaron que la niña “se había caído” información que fue totalmente desmentida por el equipo de patología del hospital quienes certificaron que la niña fue brutalmente golpeada y por si fuera poco violada.

Un Monstruo

Las autoridades iniciaron una investigación contra la monstruosa mujer y descubrieron que ésta tuvo cuatro hijas, incluyendo la asesinada, regaló a sus otras tres hijas, que hoy día tienen siete, seis y cinco años de edad y como no pudo deshacerse de la última, la asesinó.

Los investigadores indagan si la mujer era consumidora de sustancias estupefacientes o bebidas alcohólicas. También indagan en su entorno familiar si ésta presentó alguna vez un diagnóstico que arrojase una enfermedad mental o algún tipo de patología similar.

Una fuente que pidió se omitiera su identidad, reveló que la monstruosa mujer intentó “regalar” a la pequeña de un año a su abuela paterna, pero ésta se negó a recibirla.

Tan monstruo y cómplice

Quevedo Parra residía en una vivienda situada en la calle 9 del barrio Encantado. Con ella vivía su “nueva pareja”, un individuo identificado como Oswaldo Antonio Sosa Torrealba, de 35 años, a quien Quevedo Parra conoció cuatro meses atrás, revelaron fuentes cercanas a la pareja.

Quevedo Parra recién iniciaba labores de limpieza en la Alcaldía de San Francisco desde el pasado lunes, dijeron los vecinos, pero sobre Sosa Torrealba, nadie pudo ofrecer alguna información “nadie lo conoce por el sector” señalaron los habitantes de barrio Encantado.

Los vecinos contaron a los detectives, que el miércoles, día en el cual se produjo este trágico desenlace, en horas de la mañana habían visto Sosa Torrealba con Lignarys  Quevedo y con la niña aún con vida.

Testigos dijeron que Sosa negó a los detectives haber estado ese miércoles en la mañana en compañía de su mujer y la víctima, pero fue desmentido por los habitantes del sector que aseguraron a los investigadores que Sosa Torrealba siempre estuvo en la casa con la mujer y la pequeña.

Fueron los vecinos quienes se llevaron a la niñita medio muerta al hospital y posteriormente se presentó la desnaturalizada madre y su marido.

Al poco tiempo de haber ingresado, la pequeña niña falleció. Mucha fragilidad para tanto maltrato.

Una dama, quien tampoco reveló su identidad, aseguró, con gran indignación, haberse hecho cargo de dos de las niñas que Lignarys había regalado. “Tienen que pagar con cárcel, ella y su marido, no solo por regalar a las otras niñas, sino por el maltrato que le dieron la bebé, esa bestia no puede llamarse madre, porque hasta las bestias que son madres defienden a sus hijos”, expresó con mucha rabia la citada dama.

Los detenidos aún no confiesan su verdad. Mantienen la tesis de que la muchachita se les cayó, aun cuando el informe forense los delata. El CICPC trasladará a los detenidos ante la Fiscalía del Ministerio Público, donde serán imputados por el delito de homicidio.

 

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