La historia completa del fallecido exinspector CICPC Oscar Pérez

La historia completa del fallecido exinspector CICPC Oscar Pérez

Algo de loco tenía. Ciertamente, su comportamiento no era de un venezolano normal desde el punto de vista de su ímpetu y su visión algo surrealista de la propia realidad. Aquí te mostramos la historia completa de quien fuera actor, buzo y piloto en este reportaje publicado por el portal web de El Nacional y la cronología de sus últimas travesías descritas en el portal El Pitazo.

Óscar Pérez fue el detective del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC) que estuvo  en la palestra pública luego de sobrevolar el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), y de publicar varios videos en los que llama a la ciudadanía a hacer uso del artículo 350 de la Constitución para desconocer al gobierno de Nicolás Maduro.

De acuerdo con su información personal en redes sociales, Pérez se identificó como un detective del CICPC, piloto, buzo, operador táctico de la Brigada de Acciones Especiales (BAE) y además, colaborador de fundaciones que ayudan a niños.

En el año 2016, el funcionario participó en la película venezolana Muerte Suspendida. Además, colaboró con varios proyectos cinematográficos con el objetivo de “construir conciencia ciudadana” a través del cine.

El piloto se hizo parte de la fundación GV33 Moral y Luces, la cual realiza actividades para niños con condiciones especiales o enfermedades terminales. Asimismo, realió donaciones de medicinas para niños y jóvenes con cáncer.

El policía aprovechó la red social Instagram para promover varios videos bajo el lema “Rescatando Valores”, en los que habló de la importancia de ser solidario y evitar los antivalores que dañan a la sociedad venezolana.

De la bohemia a la subversión

Pérez ya venía hilvanando constituirse en un líder insurrecto ante lo que consideró “un gobierno corrupto, injusto e ilegítimo” y decidió aventurarse en esta especie de lucha aislada en la que él y unos cuantos más conformaron una célula que operó bajo la modalidad del asalto, el llamado a la desobediencia civil y militar. Se manejó en la clandestinidad hasta que las fuerzas de Contrainteligencia Militar dieron con su paradero.

Pérez pareció ahogarse en su propio mar de sueños, pues, enfrentarse a un poder como el venezolano aislado de una sociedad cuya mayoría no creyó el él y hasta le consideraron un “caballo de Troya” del Gobierno, resultó al final en una horrenda muerte mientras se encontraba  “enconchado” en un pequeño chalet situado a lo alto de una enorme montaña en el sector El Junquito, en la Gran Caracas, casa presuntamente propiedad de un supuesto médico cirujano de apellido Aguado –de quien se desconoce su paradero- y desde donde operaba con sus dirigidos.

Cronológicamente, El Nacional lo reseña así:

El 27 de junio de 2017, un helicóptero sobrevoló la sede del Tribunal Supremo de Justicia en el centro de Caracas. Según testigos, desde la aeronave lanzaron un objeto explosivo que no causó gran impacto.

La tripulación del helicóptero cruzó Caracas y llegó a la zona este del Ávila. Ninguna aeronave de la Fuerza Armada lo persiguió, pese a que estuvo en una zona de seguridad.

A los pocos minutos se difundió un video que mostraba al líder de la operación, el inspector Óscar Pérez, miembro de la Brigada de Acciones Especiales del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), rodeado de otros efectivos que colaboraron en la acción. Pidió la renuncia del presidente Nicolás Maduro.

Al día siguiente el helicóptero usado por Pérez fue hallado abandonado en Osma.

El 13 de julio de 2017, el inspector reapareció en una fugaz presencia en la plaza Altamira, donde dio una breve alocución para invitar a seguir en la lucha por la renuncia del Presidente.

Luego de esa acción en la plaza Altamira, ha reaparecido en no menos de tres ocasiones, la mayoría de ellas a través de redes sociales, como ocurrió el 23 de noviembre y el 27 de diciembre.

Durante su escape, dijo haber participado en el asaltos a dos parques de organismos de seguridad para apoderarse de armas. El último ocurrió el 19 de diciembre en Los Teques, en lo que llamó la Operación Génesis, en la cual sometieron a los militares antes de quitarles los fusiles.

El martes 9 de enero grabó una entrevista para el programa Conclusiones, de CNN, la cual fue transmitida el viernes.

Este lunes anunció por Twitter e Instagram que estaba rodeado. Los últimos videos lo muestran ensangrentado. Dijo que se debía al ataque con granadas. Difundió varios videos a través de los cuales se escuchan ráfagas indetenibles de disparos. La angustia se observaba en sus claros ojos cuando incluso pedía a gritos un cese al fuego para entregarse. Posteriormente, difundió un video en el cual asegura que no lo dejarían entregarse porque la orden era asesinarlo, pidió fuerzas y describió una vez más el horroroso momento.

Sus últimos minutos de vida antes de caer abatido junto con otros seis miembros más de su célula, los pasó pidiendo a “Venezuela salir a las calles y liberarse”, dijo amar a sus hijos Santiago y Sebastián. En horas de la noche del martes ya no hubo más videos subidos por Pérez y bastante entrada la noche ya para la madrugada de este martes se comenzó a correr el rumor sobre su muerte que luego sería confirmada y oficializada por el ministro de Interior, Juisticia y Paz, Néstor Luis Reverol.

Independientemente de sus actos, de si calificaba en él o no el término “terrorista”, sus últimos momentos fueron devastadores. Al parecer, pidió un cese al fuego, pidió entregarse, pero no fue escuchado. Esa es su versión, el Gobierno nacional tiene la suya, un enfrentamiento entre su célula y funcionarios de la Dirección General de Contrainteligencia Militar quienes rodearon la casa donde estaba Pérez y al parecer fueron recibidos a tiros, por lo cual tuvieron que responder.

El hecho quedará para la investigación y el tiempo se encargará de dar y quitar razones. Pero la sociedad se hace varias preguntas: ¿Qué pretendía Oscar Pérez? ¿Qué logró? ¿Dejó un legado, cuál fue? Desmantelada su célula, ¿Habrá herederos del liderazgo clandestino de Pérez o con él murió esa inquietud? ¿Héroe, villano, caballo de Troya, carne de cañón, iluso joven inmaduro jugando a la subversión, joven preparado con ideales libertarios de gran coraje y valentía? ¿Terrorista criminal?

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