La peligrosa selva del Darién se mantiene como una ruta de migración masiva para quienes intentan llegar a Estados Unidos en busca de una mejor calidad de vida.
El Servicio Nacional de Migración (SNM) y el Ministerio de Seguridad Pública (Minseg) de Panamá emitieron un informe que resalta que más de 40.000 niños migrantes, la mayoría venezolanos, atravesaron el tapón durante 2023. La alarmante cifra apunta a que muchos de los menores de edad son abandonados en la selva o hallados junto al cadáver de sus madres.
La directora del Servicio Nacional de Migración, Zamira Gozaine, detalló que en lo que va del año 40.458 niños migrantes (21.135 niños y 19.323 niñas) pasaron en tránsito por la selva del Darién. Manifestó preocupación, porque la mayoría son indocumentados y no hay manera de saber si los adultos que los acompañan son sus padres y/o representantes.
«Algunos no se sientan en un centro educativo desde hace dos o tres años y otros, por este trayecto, son víctimas de delitos contra su integridad, sufren las inclemencias del tiempo, pasan hambre, frío, miedo o son separados de sus padres en la selva», acotó Gozaine.
Destacó que el gobierno panameño no promueve la migración ilegal, pero trabaja en brindar un trato humanitario a los extranjeros. «Queda patente que el crimen organizado es el único beneficiado, (que) aúpa y fomenta la migración irregular por la selva de Darién y por otros trayectos».
Las estadísticas de Migración destacan que en los últimos cuatro años cruzaron por la frontera colombo-panameña 612.705 personas, de los que el 20% son niños, es decir, 120.000 menores «forzados a migrar, algunos con sus padres, familiares e incluso solos».
El ministro de Seguridad Pública de Panamá, José Manuel Pino expresó que «hay mucha preocupación porque son niños migrantes de su entorno social y sacados de sus escuelas para hacer una travesía peligrosa, donde quedan expuestos a grupos criminales».
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