Sin nada, en el olvido y solo con el grito de ¡Olé! en el recuerdo queda la Plaza de Toros de Maracaibo, en la prolongación de la Circunvalación 2. La delincuencia tiene en “jaque” este sitio y no le da respiro a sus instalaciones ni a las instituciones del ayuntamiento de la ciudad que funcionan en sus adyacencias.
Hace un mes y medio, el hampa sustrajo más de 600 metros de cables de electricidad del circo taurino, así como computadoras y aires acondicionados del Centro de Desarrollo Social y Centro de Salud de la Alcaldía.
Apenas dos vigilantes cuidan las vastas instalaciones, desprovistos de armas letales para defenderlas ante una ola de robos que se ha tornado diaria y no respeta horario.
A la par, las clínicas móviles estacionadas en las inmediaciones del lugar han quedado en “cuatro bloques”, sin cauchos, con piezas dañadas y llenándose de polvo.
La maleza, por otro lado, crece como maizal en los alrededores y facilita las actividades ilícitas. Además, algunos residentes cercanos arrojan bolsas de basura que acentúan el mal olor.
Mélida Antúnez, presidenta del servicio autónomo de Plaza de Toros, señaló a este Diario que la falta de vigilancia data desde que se le quitó la jurisdicción de la policía municipal a la alcaldía, al igual que la falta de limpieza con el retiro de la competencia del Instituto Municipal de Aseo Urbano (Imau).
Señaló que se han apoyado en el Instituto Municipal de Ambiente (IMA); sin embargo, el personal de esta dependencia es insuficiente para toda el área.
