Pese a los escándalos y las denuncias, la Asamblea Nacional Constituyente en Venezuela será, desde este viernes, una realidad. Y lo que queda ahora es saber quién la preside.
Porque el presidente de la ANC -para la oposición fraudulenta- será quien dirija la redacción del nuevo acuerdo bajo el cual se gobiernen los venezolanos.
En la víspera de la instalación y elección de la directiva de la ANC, en principio pautada para este viernes, la especulación y el debate sobre quién será el elegido se volvió moneda corriente entre muchos venezolanos.
Las apuestas incluyen a Diosdado Cabello, considerado implacable y militarista, y a Cilia Flores, esposa y aliada del presidente Nicolás Maduro. Pero también hay espacio para el cerebro del proyecto comunal chavista, Elías Jaua, y la vehemente excanciller Delcy Rodríguez.
Otros consideran que Delcy Rodríguez, excanciller venezolana, podría presidir la nueva ANC
Se trata de una elección dentro del chavismo que marcará no solo el rumbo del partido que gobierna al país desde 1999, sino el de Venezuela en sí.
Los venezolanos, entonces, se preguntan si la presidencia estará en manos de la corriente «radical» de Cabello o del ala más «moderada» de Maduro.
Un día más de tensión
Se espera que el viernes sea un nuevo día de tensión en un país que lleva cuatro meses envuelto en la lógica de un enfrentamiento campal entre manifestantes opositores y fuerzas de seguridad del Estado, el cual ha dejado más de 120 personas muertas, cientos de heridos y miles de detenidos.
La oposición convocó a una nueva marcha de protesta el viernes.
Pero además el acto de instalación de la ANC se hará en el Palacio Federal Legislativo, un simbólico edificio neoclásico en el centro de Caracas donde está la Asamblea Nacional, el parlamento que controla la oposición.
El centro de Caracas es un bastión chavista donde tienen base decenas de grupos civiles radicales afines al oficialismo, y el Palacio, en manos de la oposición desde enero de 2016, ya ha sido escenario de violencia desde entonces.
Suprapoder
Pero mientras esa tensión se viva en la calle, en el Salón Elíptico del también llamado Capitolio se elegirá a un hombre o una mujer para encabezar un órgano que, en teoría, tendrá más autoridad que el presidente.
La ANC se plantea como un acuerdo originario de la nación, un suprapoder, por lo que todos los esquemas del Estado pueden ser modificados.
La Asamblea Nacional Constituyente tiene planeado reunirse en el Salón Elíptico del Capitolio venezolano.
El artículo 349 de la actual Constitución establece que los poderes constituidos «no podrán en forma alguna impedir las decisiones de la Asamblea Nacional Constituyente».
Y eso incluye al presidente.
El gobierno dijo desde el anuncio de la Constituyente que tiene varios objetivos: conseguir la paz, consolidar el Estado comunal ideado por Chávez y reformar el sistema judicial.
Los mismos voceros del oficialismo han manifestado la intención de, por ejemplo, remover de su cargo a la fiscal general, Luis Ortega Díaz, quien tras años de afinidad al oficialismo hoy es la más prominente crítica del gobierno dentro de las estructuras del Estado.
El Palacio Legislativo fue escenario de violencia en octubre de 2016, cuando simpatizantes del gobierno agredieron a algunos diputados opositores.
También han declarado que esperan inhabilitar o incluso lograr la detención de los dirigentes opositores que consideren criminales.
Y es probable que también se disuelva la Asamblea Nacional.
La oposición ha calificado a la ANC de fraudulenta, porque se omitió un referendo para preguntar al pueblo si quería o no convocarla y porque en la elección de los constituyentes la empresa a cargo del sistema de votación denunció una «manipulación» de los resultados.
Pero el gobierno y los poderes a cargo han negado las acusaciones, las han atribuido a «un ataque más de la derecha internacional» y, y han insistido en que la Constituyente, no importa cuán polémica, se dará.
La puja de poder dentro del chavismo
Esta ANC busca modificar la actual Constitución, promulgada en 1999 luego de que el fallecido Hugo Chávez fuera elegido por primera vez.
En ese momento, el presidente de la ANC fue Luis Miquilena, uno de los políticos y abogados más respetados del país, quien falleció en 2016.
Una nueva Constitución se promulgó en 1999, mientras Hugo Chávez era el presidente.
Y él, al ser el presidente de la ANC, tuvo más poder que Chávez.
«Pero Miquilena no era un muchacho y no se iba a poner a inventar peleas políticas, respetaba el mandato popular de Chávez y era más un dirigente del mundo político que conciliaba con derecha e izquierda», explica Ernesto Alvarenga, historiador y constituyente en el 99.
Según Alvarenga, una importante diferencia entre las dos ANC es que en el 99 se pautaron 6 meses de duración de la misma y duró finalmente tres y medio.
«Pero ahora no sabemos cuánto va a durar y puede que pase como en Cuba, que duró 16 años en los que Fidel (Castro) gobernó por decreto», opina en entrevista con BBC Mundo.
Muchos especialistas consideran esta ANC como una medida en la «línea cubana», de la cual Maduro es un declarado admirador.
Muchos especialistas consideran esta ANC como una medida en la «línea cubana», de la cual Maduro es un declarado admirador.
«Otra diferencia es que aquella vez estaba clara la calidad de los Constituyentes: todos eran constitucionalistas, demócratas, muy preparados, con formación académica, pero ahora vemos que son activistas políticos sin mucha preparación», añade Alvarenga.
Vladimir Villegas, también constituyente en el 99, asegura que otra diferencia con la ANC de ahora es que en ese entonces el liderazgo del presidente era indiscutido, por lo que una puja de poder entre el Ejecutivo y la ANC era improbable.
«Pero ahora esta constituyente sí genera ese posible enfrentamiento de poderes, porque no es hija del liderazgo de Maduro sino de la urgencia de Maduro de no someterse a una consulta popular», le dice el hoy periodista a BBC Mundo.
Tanto Villegas como Alvarenga dudan de la posibilidad de que el chavismo elija a Cabello como presidente de la ANC. Ambos conocen bien la lista de constituyentes y ven una mayoría del «madurismo».
«Si ponen a Diosdado, habría un compartimiento del poder entre dos figuras emblemáticas», especula Villegas.
«Pero para eso Maduro tendría que tener vocación suicida».