Son los seres más importantes, después de los padres en la formación de un individuo inserto en un colectivo. Son quienes guían los primeros pasos de aprendizaje con dedicación y paciencia. Son sobre quienes recae la responsabilidad de la capacitación y la enseñanza desde niños y hasta después de graduados y son, en Venezuela, uno de los gremios más desatendidos y miserablemente pagados del país. Venezuela no retribuye, como Estado, la magnánima labor del maestro y hoy, Día Nacional del Maestro, los docentes miran al futuro con desesperanza.
Escuelas destartaladas, cada día con menos recursos, condiciones de ambiente pésimos para la enseñanza, principalmente en los colegios públicos y situados en barriadas del país. Maestros con sueldos de hambre y alumnos macilentos que año a año merman en número porque el hambre y la necesidad los obliga a abandonar las aulas. En ese escenario celebran en Venezuela el Día del Maestro.
El presidente de Sindicato Unitario del Magisterio del estado Zulia (SUMA), profesor Gualberto Mas y Rubí, explica que hoy la educación en el país atraviesa por una hora “aciaga”. “Yo siempre digo que la educación no es para lucrarse, pero tampoco es para ser esclavos. Hoy en día los maestros aportan para la papelería de un boletín porque una resma de papel cuesta un millón de bolívares, además lidian con problemas como la inseguridad en las escuelas y la falta de efectivo para transportarse”.
Si, la falta de efectivo para transportarse. Ese es un nuevo ingrediente venenoso a esta pira desagradable que se cocina a diario y que le obligan a beber al venezolano y a la que el maestro no escapa. Ángel Chacín vive en la calle 16 de Sierra Maestra y trabaja en un colegio de Fe y Alegría en El Manzanillo. Ángel está «renegrío» (término maracaibero que describe a una persona con la piel chamuscada por el sol y marcada por la inclemencia y la calamidad). Claro, Ángel está así porque desde finales de 2017 no tuvo más efectivo para tomar los dos carritos por puesto que le llevan hasta la escuela donde enseña.
«Mi esposa también es maestra. Se levanta muy temprano deja listo el tetero del bebé (de 4 años) y se va a pie para el colegio. Encomendada a Dios, camina todo ese trecho hasta El Manzanillo a pie, simplemente no tenemos efectivo, no tenemos para coger carrito».
Afortunadamente Liliana, la esposa de Ángel, consigue una cola de regreso a casa, a mediodía, aunque a veces le ha tocado el mismo trayecto a pie y a esa hora. Es entonces cuando comienza el viacrúcis. Ángel toma su cruz, que no es de madera, sino de problemas, se la encarama en el lomo y sale, con ese sol picante del mediodía a caminar y caminar por todo Sierra Maestra hasta llegar, lengua de corbata al piso, jadeando de cansancio, hediondo a zorro corriendo, con dolor de cabeza y bañando en sudor a impartir, en esas condiciones sus enseñanzas.
«Hay que tener voluntad de acero y un estado de conciencia demasiado grande para afrontar nuestro compromiso con responsabilidad y agradecidos de Dios, pero ese soy yo, miles de colegas no lo ven así, llegan amargados, obstinados y pagan las arrecheras con sus muchachos, ni siquiera se dignan a enseñar, sino a dejar que los muchachos alimenten la flojera que sopesa el hambre y se lavan las manos como Pilatos. Esos son los futuros profesionales de este país guiados por una persona totalmente desmoralizada y desganada. Yo sin embargo, como soy un hombre de Dios, llego al colegio, me lavo la cara, dejo a un lado mi inmensa cruz (de problemas) y me dedico a mis chamos, porque de ellos también me nutro y aprendo. Con ellos me río y se me olvidan las penas y enseñándolos se que hago la obra, edifico y no destruyo».
El relato de Ángel desnuda la realidad de un docente en Venezuela, que es también la realidad de un médico, de una enfermera, de un periodista, de un albañil, de un farmaceuta, de muchos abogados, de secretarias, de muchos profesionales, empobrecidos y humillados por un Estado para el cual no importan ni valen.
Exhodo
Esas situaciones junto a otras hacen que entre 40 y 50 docentes se marchen del país a diario. “El talento se nos va. Para el año pasado en una parroquia del oeste de Maracaibo se fueron cuatro mil educadores, lo que representa para esa jurisdicción cerca del 40 por ciento de sus maestros”, señaló el presidente del SUMA.
Indicó que un docente con sus respectivas maestrías tiene un sueldo de dos millones de bolívares en un momento con una crisis económica en la que ese sueldo no significa nada. Recordó que también existen educadores que aún esperan por sus cargos. “Ni hablar de los jubilados, quienes al pasar a ese estatus pierden los cestatiques, lo que representa el 70 por ciento de su ingreso mensual”.
Otro problema con el que se enfrentan los maestros es la inseguridad en las escuelas. SUMA recibió un reporte que solo en una semana robaron 18 escuelas durante el receso de diciembre. Otro documento del gremio maneja una situación en la que los habitantes de una comunidad de la parroquia Antonio Borjas Romero, se llevaron los alimentos destinados a los alumnos de una institución.
Los seguros médicos como el HCM del Ministerio de Educación solo cubren 250 mil para el titular y su familia, mientras que el de la Gobernación paga 300 para el educador, cuando un servicio de toma de tensión supera los 100 mil bolívares. “El Instituto de Previsión y Asistencia Social para el Personal del Ministerio del Poder Popular para la Educación (Ipasme) lo acabaron en estos 19 años”, destacó el dirigente gremial.
A eso se añade el ausentismo escolar que ronda el 90 por ciento, según dijo Mas y Rubí. “Cada día los muchachos se van y no vuelven”. Además, los maestros sufren otra situación: que no tienen efectivo para llegar a sus lugares de trabajo. “Y cuando tienen el dinero no hay unidades para llevarlos o se van escalando un vehículo en movimiento”.
Paliativos inútiles
Mas y Ribí dejó claro que no se puede sustituir a un educador con sus respectivos años en la universidad por una persona que solo tuvo dos años recibiendo una instrucción, porque eso es un retroceso. Añadió que la idea tampoco es meter más maestros a la nómina para luego recibir un sueldo de hambre.
“Es necesario que el Gobierno nacional y regional se sienten a debatir y discutir con el magisterio para determinar lo que se debe hacer con la educación en el país. Nada hacen con meter operadores políticos en las escuelas como lo hacen con el plan de chamba juvenil”, sentenció el sindicalista.
El escenario sombrío lo vive todo el país. el portal informativo La Prensa de Lara, publicó un interesante trabajo que recoge la situación en la entidad crepuscular:
La diáspora inició en 2015, pero en diciembre de 2017 fue más cruenta hasta el punto que en enero de 2018 muchas aulas se quedaron sin docentes. La pizarra del Colegio de Profesores de Lara se explica de la forma más clara: 34 mil docentes estaban ejerciendo en la región, pero de estos ya se han ido del país al menos 13 mil 600, lo que equivale al 40 por ciento menos.
“El bajo salario y los precarios beneficios para el gremio, son las principales razones de la fuga de profesionales” es lo que Luis Arroyo, presidente del Colegio de Profesores, expresa cuando explica que, palabras más palabras menos, este 15 de enero Día del Maestro, la «celebración» se sentirá no sólo en la entidad crepuscular sino también en países como Colombia, Perú y Chile donde hay muchos docentes venezolanos viviendo.
Que en una institución educativa no esté el personal docente completo se ha vuelto recurrente en un 90 por ciento de los planteles no solo del estado sino de todo el país. La falta de docentes se acentuó desde diciembre, debido a que profesionales están emprendiendo rumbo para otros países, buscando estabilidad económica y motivación para seguir ejerciendo la docencia.
La falta de atención por parte del Gobierno Nacional hacia el gremio, según el Colegio de Profesores del estado Lara ha sido casi nula durante los últimos años.
“Nos estamos quedando solos. Docentes se están yendo porque con lo que ganan en otros países, trabajando como docente, les da para vivir bien y hasta para llevarse a toda sus familias”, se lamenta Arroyo quien detalla que hay docentes que en la actualidad tienen ingresos por debajo del sueldo mínimo mientras que los profesionales con maestría, con alta cantidad de años de servicio y de estudios no pasan de recibir como pago un millón 500 mil bolívares mensual que los desmotiva debido a la hiperinflación que hay en el país.
Para Arroyo, los docentes no han sido tomados en cuenta por el Gobierno en más de 10 años. “La situación en la que está el sector educativo está desplomada”, precisó. Lo dicho por Arroyo coincide con lo que Fausto Romeo, vocero de la Asociación Nacional de Institutos de Educación Privada (Andiep), seccional Caracas, explicó al hacer referencia que el déficit de docentes es creciente desde hace una década. De hecho, para el inicio del año escolar 2017-2018 informó que “se necesitan 150 mil docentes en todo el país y para todos los niveles, desde preescolar hasta el nivel universitario”.
Esta situación afecta seriamente el sector educativo, porque en las instituciones que están fallos de docentes, hacen maromas para “rellenar los huecos”. Según José Prisciliano Mirabal, quien es el secretario seccional de Educación, en los planteles hay docentes que les toca dar materias que no son su especialidad porque hay secciones sin profesor. “Hay desmejora en la calidad educativa. Un país jamás progresará si no es valorada la educación con sector principal para mejorar un país”, dijo Mirabal.
Según el Centro de Investigaciones Culturales y Educativas la falta de docentes en Caracas en las áreas de ciencia se ubica en 50% pues la mayoría de los planteles, sobre todo los públicos, tienen la mitad de los profesores que deberían tener en cátedras como Matemática, Física o Química. Esto deriva en que cerca de 200 mil estudiantes de bachillerato no cursan las materias o lo hacen de manera irregular.
Quedan en el olvido
Docentes jubilados no escapan de la realidad que afecta al sector. El bajo sueldo, y no tener el beneficio del cestaticket, tienen a más de uno pasando trabajo, lo que ganan a duras penas les alcanza para comer y no tienen para costear el alto precio de las medicinas. Los estadales, después de tantos años de penurias, esperan que la nueva gestión en la gobernación les brinde apoyo.
El gremio de educadores durante el año 2017 realizó en la ciudad, más de 20 protestas para exigir mejoras, pero estas aún no han sido escuchadas. Lo propio hicieron los gremios en Zulia, Mérida, Táchira, Trujillo, Caracas, Anzoátegui, Carabobo, Monagas, Nueva Esparta, Aragua, Yaracuy, Vargas y eso añadiendo que la situación en los poblados menores, los pueblos del interior, las regiones llanera, andina y sur, es mucho peor enfatizando la escasez de alimentos y medicinas y la carestía.
Sin embargo, hoy, en todas las plazas Bolívar del país, los docentes irán con sus pesadas cruces de problemas a ofrendar a El Libertador y luego a agradecer a Dios en las iglesias Catedrales por, al menos, estar vivos.
Desde este portal informativo, NotiZuliaNet, vaya nuestro mensaje de fortaleza y nuestro abrazo solidario a todos los maestros del país, pilares fundamentales hacedores de hombres y mujeres de bien. Dios los siga Bendiciendo.
Ernesto Ríos Blanco / Con información de La Verdad / La Prensa de Lara