Luego de la consulta popular del 16 de julio donde la participación de los ciudadanos alcanzó la cantidad de siete millones 535 mil 259 que dan como mayoría a la oposición, el politólogo Jesús Castillo afirma que los resultados obligan a los sectores políticos del Gobierno y de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) a negociar. Alerta que en el proceso de negociación ambas partes deben sentarse con los puntos definidos de lo que plantearán en función de lograr en el más corto tiempo posible un convenio al cual resalta debe dársele cumplimiento.
También considera que la vocería de la MUD debe estar concentrada en una sola conjuntamente con una estructura estratégica, mientras que cree que el Gobierno está claro y decidido a instalar la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) una vez elegida el 30 de julio.
Castillo indica que el simulacro realizado por el Consejo Nacional Electoral (CNE) sobre el proceso de constituyente fue una movilización de estructura de empleados públicos para mostrar fuerza, que a diferencia de la consulta popular la gente se movió espontáneamente.
Significado
Michael Penfold, doctor en Economía Política, explica en su artículo publicado recientemente en Provadinci que lleva por título: El significado de la consulta ciudadana, el Gobierno minimiza el efecto del mandato expresado en la consulta del 16 de julio. “Va a amenazar con insistir en la convocatoria de una Asamblea Constituyente y argumentará que el proceso de consulta fue ilegal; pero lo cierto es que simbólicamente la fuerza de la sociedad venezolana ahora es más grande que hace algunas semanas atrás”.
El analista político prevé que los ciudadanos arreciarán sus acciones de calle si la ANC avanza hacia su elección y posterior instalación. “Si el Gobierno insiste en avanzar con la constituyente se encontrará con una sociedad aún más rebelde que no dudará en salir a defender sus derechos con más fuerza. Y es muy probable que esta situación genere aún más resistencia al interior del aparato estatal; pues si los riesgos de quiebre eran altos antes de la consulta popular, ahora las probabilidades de que esas rupturas se profundicen son mucho más elevadas”.
Destaca que después de los resultados del 16 de julio seguir insistiendo en una convocatoria constituyente que “viola los preceptos constitucionales pone al mundo militar en una posición institucional cada vez más compleja que supone ineludiblemente reprimir a una escala aún mayor: ya no a unas protestas, sino a toda una sociedad”.