Dolarizar no es la opción. Al menos eso considera un hombre que sabe de economía y que puede aportar mucho a las ideas de reconstrucción del país. El economista Rodrigo Cabezas rechaza la propuesta del candidato a la presidencia de la República por el partido Avanzada Progresista (AV) Henri Falcón, sobre “dolarizar” la economía.
Cabezas refrenda la tesis de muchos expertos que afirman que la economía nacional no está dolarizada sino que la política monetaria del bolívar está muy distorsionada.
En su artículo “Rechazar el bolívar no es la opción”, el también profesor universitario expone sus motivos en contra, precisando que dolarizar sería “subordinarnos” a una moneda extranjera que limitaría las acciones de emergencia económicas, sociales o desastres naturales, “una camisa de fuerza” en lo concerniente a la política fiscal.
Apuntó que se afectaría cualquier estrategia de diversificación para convenios directos de intercambio comercial, ya que entre otras cosas, no habría disminución de costos financieros como sí lo hay con la moneda propia. “Asumir el dólar como la moneda de curso legal, afecta la integración de Venezuela con América Latina y el Caribe en lo relativo a la profundización de los mecanismos de pago intrarregionales como el establecido en el Convenio reciproco de pagos de la Aladi y el ensayo de moneda virtual SUCRE (Sistema Unitario de Compensación Regional)”.
Asegura que en caso de una reducción de los ingresos por exportación petrolera y de declive histórico de las no tradicionales, “es absolutamente inviable desde una perspectiva de flujos financieros y desenvolvimiento de la economía real y circulatoria (…) En consecuencia, el impacto en el crecimiento económico, la desigualdad y la pobreza en el corto plazo sería devastador”.
Subrayó que la solución a la crisis económica por la que atraviesa el país va más allá de una política monetaria. Dijo que hay que “colocar de lado tanta superstición y dogmatismo que nos condujo al peor escenario de gestión pública, el empobrecimiento colectivo”.
“Estamos urgidos de un programa de estabilización y crecimiento económico, anti hiperinflacionario y generador de empleo, que a la vez permita al Estado recuperar su rol de garante y conductor de las estrategias de crecimiento y desarrollo”, puntualizó.
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