En un escueto pronunciamiento Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, aseguró que la postura de Rusia ante la situación de Venezuela es «que todo se desarrolle en el estricto marco de la ley. Llamamos a la calma y a respetar la legislación».
El detalle está en que la interpretación de estas palabras cambia según el cristal con que se mire, ya que el Gobierno venezolano asegura que respeta la legalidad al actuar con el respaldo del Tribunal Supremo de Justicia, El poder Electoral y el Poder Moral Republicano, mientras que la oposición denuncia que los magistrados del máximo tribunal del país fueron electos violando los procesos establecidos en la Ley y los demás poderes actúan como entes subordinados al Ejecutivo. Esta postura ha sido reafirmada por la Asamblea Nacional de mayoría opositora, electa en diciembre de 2015 por más de 14 millones de votos y por Luisa Ortega, Fiscal General de la República, antiguamente considerada una aliada incondicional del oficialismo y hoy una de sus mayores críticas.
