Las calles de la intersección entre la avenida 88A y la 14C están convertidas en un vertedero a cielo abierto, según denuncian vecinos de la zona, quienes aseguran que los camiones de recolección no han pasado en semanas. La acumulación de desechos da paso a focos de insalubridad, con moscas, ratas y un hedor persistente que amenaza la salud pública.
“Esto no es vida. No podemos ni abrir las ventanas por el mal olor. Los niños juegan cerca y ya varios se han enfermado con fiebre y vómitos”, relata Carmen Moreno, residente del sector desde hace 25 años.
Esta situación no es aislada, en sectores como la calle Falcón, las mismas quejas están documentadas públicamente, mientras que la Alcaldía de Maracaibo atribuye el problema a “la inconsciencia ciudadana”. Sin embargo, los vecinos exigen que se asuma la responsabilidad institucional por la falta de un servicio eficiente y constante.
“Echarle la culpa a la gente es fácil, pero aquí no vemos ni un plan serio de recolección ni de reciclaje. Solo promesas vacías”, apuntó Jorge Villasmil, comerciante local.
Organizaciones civiles ambientalistas advierten que esta crisis se debe a décadas de gestión deficiente, politización del aseo urbano y ausencia de políticas públicas sostenibles en el tratamiento de desechos.
Entretanto, quienes viven en la 88A con 14C siguen esperando una respuesta concreta, con la esperanza de que la denuncia ciudadana no caiga —una vez más— en el silencio institucional
