A 38 centavos de peso para la compra y 41 para la venta se cotiza el bolívar en las casas de cambio de la frontera colombiana, manteniendo de esta manera cierta estabilidad tras varias semanas continuas con tendencia a la baja.
En el mercado cambiario fronterizo, sin embargo, la moneda venezolana continúa siendo objeto de manejos incomprensibles por parte de los cambistas, como el hecho de pagar a mejor precio el dinero en billetes del nuevo cono monetario.
El pasado fin de semana, algunos cambistas pagaban a 40 centavos de peso el bolívar en billetes de la nueva familia y a 38 centavos si se trataba de montos en papel de 100 o 50 bolívares.
Asimismo, con la puesta práctica del Sistema de Divisas de Tipo de Cambio Complementario Flotante de Mercado (DICOM) se crearon expectativas favorables a la posible revaluación del bolívar. No obstante, cumplida la quinta subasta DICOM, la recuperación del precio de la moneda venezolana no ha ocurrido.
Los centenares de venezolanos que diariamente cruzan la frontera para comprar productos de la cesta básica en el mercado colombiano al menos agradecen que se haya frenado la devaluación de la moneda nacional, porque de haber continuado con la tendencia que venía experimentando, sería casi que imposible adquirir alimentos, medicamentos, repuestos y otros insumos al otro lado de la frontera por el elevado precio que adquieren debido a la depreciación del bolívar.
Los venezolanos, sin embargo, por momentos siguen teniendo dificultades para cambiar sus bolívares por pesos, porque a partir de la media mañana muchos cambistas de la localidad colombiana de La Parada no compran y solo se dedican a vender. Mientras tanto en el comercio, pocos establecimientos reciben la moneda venezolana o la aceptan a menor precio del que está en las casas de cambio.
A pesar de esas circunstancias, los venezolanos cruzan diariamente los puentes internacionales para adquirir en el comercio colombiano los artículos de la cesta básica, medicinas y otros productos que no se encuentran en el mercado venezolano. Y si los hay, la mayoría de las veces son revendidos a precios exagerados, inclusive superior al que se pueden comprar en territorio neogranadino a pesar de la devaluación monetaria.
NOTIZULIA / La Nación