El Gobierno regional entregó ayer 30 autobuses Yutong a la línea MetroMara que apenas cubre un pequeño tramo de la enorme urbe maracaibera y del creciente municipio sanfranciscano, pero el problema del transporte es añejo y estructural. En una enorme ciudad con un déficit de más de 20 años de adecuación, los 30 autobusitos Yutong son como 30 granos de arena en el balneario de Caimare Chico.
El caso es que el transporte pasó a nivel de colapso en Maracaibo. Tras la creciente desaparición de las chatarritas que prestaban el servicio, ahora se asoma una nueva modalidad, la de camiones y viejas camionetas tipo rancheras y hasta trencitos infantiles los que prestan este ineficiente servicio.
Por Delicias, la C-1, La Limpia, la Libertador y cuanta avenida existe en Maracaibo y San Francisco se están repitiendo a diario imágenes solo vistas en el transporte público de la India, país de más de 1.300 millones de habitantes.
Decenas de pasajeros van como sardinas en lata, y hasta “abrazados” entre sí para no caerse de planchadas de gandolas, grúas, camiones cava, 350 y 750, exponiendo sus vidas ante la desesperación por llegar a sus sitios de trabajo, estudio o regresar a sus hogares.
FOTO: Cortesía Panorama
La grave escasez de unidades de transporte urbano se ha agudizado en las últimas semanas por las fallas de combustible y altos precios de repuestos, además de la desaparición de rutas emblemáticas en Maracaibo.
Es tan grave la crisis del servicio que los “trencitos” o chirrincheras ya no dan abasto para cubrir la demanda.
“Vamos como animales, colgando de todos lados, y para colmo, pagando hasta 10 mil bolívares para poder irnos, porque buses ¡no hay!,” expresó Jorge González, pasajero de la C-1.
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