El acceso a la Universidad del Zulia, a la altura del Maczul, fue trancado por los estudiantes este jueves 4 de mayo, luego de la convocatoria realizada por la oposición este miércoles de marchas universitarias en todo el país para rechazar las políticas del presidente Nicolás Maduro.
Jóvenes universitarios venezolanos marcharán este jueves contra el presidente Nicolás Maduro, entre temores de un nuevo desbordamiento de la violencia que deja ya 32 muertos en poco más de un mes de protestas opositoras.
Los estudiantes, los que más se confrontan en las manifestaciones, realizarán asambleas y marchas desde distintos centros de educación autónomos y privados, para rechazar una Asamblea Nacional Constituyente que convocó Maduro y exigir su salida del poder.
«Tenemos más de un mes aguantando, esto no es una carrera de velocidad, sino de resistencia. Venezuela está en la calle para luchar contra esta dictadura», manifestó Daniel Ascanio, de la Universidad Simón Bolívar.
Según la dirigencia del movimiento estudiantil, también participarán diputados opositores, sindicatos y otros sectores.
La protesta estudiantil tendrá lugar después de una jornada de fuertes disturbios que vivió Caracas tras una marcha de miles de opositores que se manifestaron contra la Constituyente, dispersada por las fuerzas de seguridad con una andanada de bombas lacrimógenas.
Un grupo de jóvenes, muchos de ellos estudiantes, algunos encapuchados y con máscaras antigases, respondieron con piedras y cócteles molotov. Un muchacho de 18 años murió y unos 300 personas resultaron heridas, según los reportes preliminares.
‘Seguiremos en la calle’
Maduro está decidido a sacar adelante una Asamblea Constituyente que ahogue la ofensiva opositora en las calles, y, según él, instaure «la paz» y frene un «golpe de Estado».
La oposición, por su parte, asegura que la Constituyente consolida un «golpe de Estado», que según dice inició cuando el máximo tribunal de justicia asumió temporalmente a fines de marzo las funciones del Parlamento, único poder del Estado que controla.
«Seguiremos en la calle, a pesar de la fuerte represión del régimen», llamó Santiago Acosta, dirigente de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).
Las protestas ocurren en medio de un fuerte deterioro de la economía, que golpea a los venezolanos con una severa escasez de alimentos y medicinas, y una inflación considerada la más alta del mundo.
«Ante la gravedad de la crisis que hoy se vive en el país, seguiremos adelante», retó Ascanio, al llamar a la marcha, entre aplausos de estudiantes y gritos de «democracia», «libertad».
Según sondeos privados, más del 70% de los venezolanos rechaza la gestión de Maduro de la crisis, que ha minado su popularidad.
‘¡Al carajo!’
El mandatario entregó el martes al poder electoral, mientras ocurrían los disturbios, el decreto de convocatoria al proceso que busca «reforzar» la actual Constitución impulsada por el fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013).
Según Maduro, la Constituyente «popular» estará integrada por 500 asambleístas, una mitad elegidos por sectores sociales y la otra por circunscripción municipal, lo cual según expertos constitucionalistas hará que el voto no sea universal.
El presidente no ha explicado cómo se definirán esos sectores, en algunos casos divididos entre quienes apoyan al gobierno y la oposición, como los universitarios, aunque dijo que los estudiantes y los jóvenes tendrán amplia participación.
«Nosotros no respaldamos su Constituyente, porque lo que usted plantea es un gran fraude para seguir atornillado en el poder. Señor Nicolás Maduro: ¡váyase al carajo!», sentenció Ascanio.
Los opositores han reclamado en la calle elecciones, pero el llamado de Maduro a la Constituyente deja en incertidumbre los pendientes comicios de gobernadores que debieron realizarse en 2016, los de alcaldes de 2017 y los presidenciales de 2018.
Como parte de las gestiones internacionales de la oposición para presionar al gobierno, el jefe del Parlamento, Julio Borges, se reunirá el jueves en Washington con el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Venezuela inició el pasado viernes su retiro de la OEA, acusándola de injerencia y de promover una invasión extranjera. «¡Pa’l carajo!», despidió Maduro a la organización.
La situación del país petrolero ha despertado inquietud internacional. Estados Unidos, España y varios países de América Latina han expresado temor a una mayor polarización y un recrudecimiento de la violencia.
El papa Francisco también ha expresado su preocupación por la violencia desatada en Venezuela y ha ofrecido ayuda a un «diálogo» pero con «condiciones claras».