Partido digno de un mundial de fútbol donde se demuestra que los mejores del planeta son los que acuden a esta cita deportiva. Uruguay salió con etiqueta de favorito ante el Egipto de Mohamed Salah, quien se tuvo que conformar con ver caer a su equipo desde la banca.
El partido lo quiso dominar Uruguay desde el arranque, pero de a poco Egipto fue tomándoles el pulso y a medida que avanzaba el careo, la paridad se fue apreciando en la cancha.
Tanto Uruguay como Egipto generaron importantes ocasiones de gol. Los porteros de ambas oncenas fueron protagonistas de que el partido no tuviese más goles.
En varias oportunidades, los egipcios lograron imponer su ritmo, pero la historia, la garra, la estirpe y la tradición inclinarían la balanza en favor de los sudamericanos y ya en las postrimerías del partido, con pelota parada, llegó el cabezazo de Jiménez que logró encajar el balón tras la red medio oriental.
Uruguay ganaba por 1-0 en un partido ante un extraordinario rival que vendió muy cara su derrota y que también generó chances de ganar el encuentro. Los charrúas salen triunfantes ante un Egipto que aun perdiendo este encuentro, pudiera meterse en la siguiente fase.
El tanto de José María Jiménez vino al minuto 90’ de la etapa complementaria dejando poco margen de reacción a los egipcios. Los de Tavares dan un paso importante en sus aspiraciones.
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