Notizulia
A las 6:10 p.m con una iglesia repleta de feligreses, el Arzobispo de Maracaibo, Mons. José Luis Azuaje, junto al clero del Vicariato del Sur conmemoraron el Centenario del Nacimiento de monseñor Luis Guillermo Vílchez Soto en el templo Santísimo Cristo del municipio San Francisco. Iglesia donde estuvo 60 años como párroco.
La fe y la vocación de servicio del «Curita Vílchez», como cariñosamente le llamaban, fue la base de su trabajo pastoral en tierras sureñas. Así lo manifestó monseñor Azuaje en su homilia, donde resaltó el trabajo y la visión futurista que el Padre Vílchez mantuvo en su estadia en esta tierra.
Una Eucaristia llena de emotividad y gratos recuerdos evocados a través de la música que estuvo a cargo del ensamble vocal e instrumental conformado, en gran parte, por quienes tuvieron el privilégio de participar de las agrupaciones creadas por el «Socio» quienes elevaron los diferentes momentos de la ceremonia eclesial.
«Una misa hermosa, con una iglesia llena de gente que conoció al Padre Vílchez, que participó de una u otra manera en sus proyectos, con estudiantes del liceo que creó y músicos que él formó y que hoy le cantan fue una manera muy bonita para festejar los 100 años.» Expresó Marina Soto, feligrés que acudió solo para conocer la obra del Padre Vílchez.
Al finalizar la Eucaristia se realizó la velada cultural que conto con seis agrupaciones infantiles quienes les rindieron un tributo musical con diversos temas emblemáticos de las diferentes agrupaciones formadas por el Padre Vílchez.
Público en general, amigos y autoridades de diferentes municipios, junto al Gobernador Manuel Rosales, acompañaron a los familiares del Padre Vílchez en esta Conmemoración Centenaria donde se resaltó la vida y obra de un zuliano ejemplar.
«Los jóvenes deben reflexionar sobre lo que dicen las escrituras. Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza… y los hombres no han actuado a semejanza e imagen de Dios. No nos queremos, no nos ayudamos, no trabajamos juntos. No pensemos mucho en este mundo que se va. Pensemos un poquito más arriba, en el cielo, y que Dios se compadezca de nosotros.” LGV.
