La Conferencia Episcopal Venezolana(CEV) se reunió este jueves con el Papa Francisco en el Vaticano, Roma para tratar la situación del país.
La audiencia del papa con los seis obispos de la CEV Los miembros de la Dirección de la Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV), comenzó a las 10:00 hora local (08.00GMT) en el palacio pontificio, donde se celebran las reuniones oficiales, y estaba previsto que durara media hora.
Participaron el presidente de la CEV, el arzobispo de Cumaná Diego Rafael Padrón Sánchez; el vicepresidente y arzobispo de Barinas Luis Azuaje Ayala; los obispos de San Cristóbal, Mario del Valle Moronta Rodríguez, y de San Felipe, Víctor Hugo Basabe; el cardenal arzobispo de Caracas, Jorge Liberato Urosa Savino, y el cardenal arzobispo de Mérida, Baltazar Porras Cardozo.
En varias ocasiones el papa Francisco ha manifestado públicamente su preocupación por Venezuela tras la ola de protestas iniciadas en abril para exigir elecciones generales y anticipar la salida del presidente Nicolás Maduro, elegido hasta enero de 2019.
«Es una oportunidad para que el episcopado venezolano hable al papa Francisco de manera detallada sobre la crisis en que está inmersa el país», indicó por su parte en un comunicado la CEV.
A finales de abril, a bordo del avión papal que lo condujo a Roma desde Egipto, el papa argentino advirtió a la prensa que no es fácil ayudar a Venezuela en estos momentos y puso «condiciones claras» para poder poner al gobierno y a la oposición a dialogar.
«Hubo una intervención de la Santa Sede bajo pedido fuerte de cuatro presidentes que trabajaban como facilitadores. Y la cosa no resultó. Quedó ahí. No resultó porque las propuestas no eran aceptadas o se diluían. Eran un sí sí, pero no no», afirmó el papa.
El pontífice se refería a las gestiones de la Santa Sede a pedido de los exmandatarios José Luis Rodríguez Zapatero (España), Leonel Fernández (República Dominicana), Martín Torrijos (Panamá) y Ernesto Samper (Colombia) que no dieron resultado en diciembre pasado.
La diplomacia del Vaticano no ha reconocido una mediación en el conflicto entre el gobierno y la oposición, sino que se considera como un «facilitador» del diálogo, según explicaron fuentes vaticanas.
Una salida negociada
La decisión de Maduro de descartar la celebración de comicios y convocar a una Asamblea Nacional Constituyente «popular», fue rechazada en mayo por los obispos venezolanos por considerarla «peligrosa para la democracia».
La iglesia venezolana ha ido tomando cada vez más posición sobre la situación e instó recientemente a que se celebren «elecciones justas», además de exigir que cese la «represión desproporcionada».
Una salida negociada a la crisis es la vía que el papa argentino prefiere, posición compartida por toda la jerarquía de la Iglesia católica latinoamericana.
«Hacemos un llamado para que se concreten urgentemente soluciones a la actual crisis, por las vías constitucionales y salvaguardando los valores democráticos», señaló en un comunicado el pasado 12 de mayo el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).
«Indudablemente es una problemática sumamente compleja a la cual no se le ve salida inmediata, y no corresponde a nosotros proponer salidas, pero sí el pedir a las partes que se mantengan lo más estrictamente posible dentro de los cánones de la ley y de la Constitución y sobre todo que no se recurra a la violencia», explicó en Roma el cardenal colombiano Rubén Salazar, presidente del Celam, la víspera de un encuentro con el papa.