Un cortocircuito habría causado el incendio que la madrugada del martes consumió un edificio de 24 pisos en Sao Paulo dejando al menos cuatro desaparecidos confirmados, entre ellos un joven que se desplomó junto al inmueble cuando estaba siendo rescatado, según las primeras investigaciones.
Otros 45 residentes registrados en este predio del centro de la ciudad, ocupado por personas sin techo, no se han reportado todavía, dijeron los bomberos, que no tienen certeza de que estuvieran allí esa noche.
«El incendio comenzó tras un cortocircuito, en un enchufe con una televisión, un microondas y una nevera [conectados]. No fue una pelea de pareja. Lo que ocurrió fue una fatalidad», afirmó este jueves el secretario de Seguridad Pública de Sao Paulo, Mágino Alves, a varios medios locales, desmintiendo rumores que apuntaban a que el fuego habría surgido tras un conflicto doméstico o por la explosión de una bombona de gas.
Las llamas comenzaron en una estancia de la quinta planta donde residía una familia con dos niños pequeños, contó Alves, citando las investigaciones de la policía civil.
La madre, que fue quien relató lo sucedido a las autoridades, consiguió salir ilesa del edificio con el bebé en brazos, mientras su marido trataba de socorrer a la niña de tres años. Ambos se encuentran internados con quemaduras graves.
Cumplidas las 48 horas que marcan los protocolos, los bomberos comenzaron a trabajar este jueves con máquinas pesadas sobre la enorme montaña de escombros que quedó tras el impresionante derrumbe, que dejó al menos cuatro desaparecidos.
Al joven al que no alcanzaron a socorrer los bomberos por segundos, se suma la ausencia de noticias sobre una mujer y sus dos hijos pequeños, que supuestamente dormían en la octava planta.
En los años 80, este edificio situado en el corazón de la mayor ciudad de Sudamérica llegó a ser la sede de la Policía Federal, pero su decadencia empezó a partir de 2001. Desde hace diez años estaba ocupado por el colectivo LMD (Lucha por un vivienda digna, por sus siglas en portugués), que según los últimos registros, alojaba allí a 146 familias que pagaban diferentes arriendos.
Sao Paulo es la capital financiera de Brasil y la más poblada, pero sufre una gran desigualdad económica.
Las familias pobres con frecuencia ocupan edificios abandonados o levantan carpas en terrenos baldíos, en ocasiones lindantes con barrios acomodados.
NOTIZULIA / AFP