Cada 10 de octubre se celebra en Venezuela y en diversas partes del mundo la conmemoración a Santa Lucía de Siracusa, reconocida como patrona de los invidentes y protectora de la salud visual. La fecha honra su legado espiritual y su vínculo con quienes padecen afecciones oculares, especialmente en comunidades devotas y centros de atención oftalmológica.
Santa Lucía fue una joven mártir cristiana nacida en el siglo III en Siracusa, Italia. Su nombre proviene del latín lux, que significa “luz”, y su historia está asociada a la defensa de la fe y al milagroso cuidado de la vista. En la tradición católica, se le atribuyen intercesiones por personas con ceguera o enfermedades visuales, y es invocada en oraciones por quienes buscan protección ocular.
En Venezuela, la devoción a Santa Lucía se mantiene viva en parroquias, hospitales y comunidades que celebran misas, procesiones y actos simbólicos cada 10 de octubre. La fecha también sirve para sensibilizar sobre la inclusión de personas con discapacidad visual y promover el respeto por sus derechos.
La Iglesia Católica reconoce a Santa Lucía como una de las santas más veneradas en el calendario litúrgico, y su imagen suele representarse con una palma de martirio y una bandeja con ojos, símbolo de su protección espiritual.
Agencias
