El Vaticano informó esta mañana, a las 8:31 (Europa), que el Papa Francisco ha pasado la noche sin complicaciones significativas: “El Papa ha descansado bien esta noche y se ha despertado poco después de las 8:00”. Este comunicado se considera una señal positiva, ya que el Pontífice, de 88 años, ha estado lidiando con importantes problemas de salud, incluyendo dos crisis respiratorias con broncoespasmo el pasado lunes.
Desde su ingreso el 14 de febrero en el hospital Gemelli de Roma, el Papa ha enfrentado una neumonía bilateral que, hasta el momento, no ha logrado superar. Al día de hoy, se encuentra en su vigésimo día de convalecencia. Según la última actualización de salud, su situación continúa siendo reservada y se ha descrito como compleja, lo que genera preocupación sobre posibles nuevas crisis. Fuentes vaticanas expresaron que no se puede descartar la aparición de nuevos episodios de broncoespasmos.
Francisco, que ya había perdido parte de su pulmón derecho en su juventud y padece bronquitis crónica, presenta dificultades para respirar de forma autónoma. Si bien no ha requerido intubación, ha estado utilizando oxigenoterapia de alto flujo y, en momentos de mayor dificultad, se le ha administrado ventilación mecánica. La noche del martes, el Vaticano comunicó que el Papa dormiría “con ventilación mecánica no invasiva”.
En el último parte médico, publicado el martes, se reveló que las condiciones del Papa eran estables, aunque había enfrentado cuatro episodios críticos complicando su recuperación. A la bronquitis diagnosticada el 14 de febrero se le añadió la neumonía bilateral el 18 de febrero, y aunque tuvo un estado crítico el 22, los médicos consideraron que se había recuperado temporalmente. Sin embargo, el viernes pasado sufrió un violento broncoespasmo que generó nuevas preocupaciones.
El riesgo de complicaciones adicionales persiste, especialmente tras sufrir dos episodios de insuficiencia respiratoria aguda esta semana, provocados por la acumulación de moco endobronquial. A pesar de estos contratiempos, fuentes del Vaticano han apuntado que el Papa ha estado consciente, sin fiebre, y manteniendo una dieta regular. Asimismo, ha estado realizando fisioterapia respiratoria, un paso considerado crucial en su proceso de recuperación.
La situación ha llevado al Vaticano a adoptar una postura cautelosa respecto a su recuperación, evitando hacer previsiones. En rueda de prensa, el 21 de febrero, los médicos mencionaron que la vida del Papa “no corre peligro, pero no está fuera de peligro”.
A pesar de su fragilidad, el Papa continúa trabajando y gestionando asuntos de la Iglesia desde el hospital, enviando un mensaje de liderazgo y continuidad en su papel pastoral. Los próximos partes médicos se esperan con atención, en particular el que será emitido esta tarde.
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