El fuego no logró salvar su relación ni su vida

Luego de agonizar durante horas a causa de las quemaduras de segundo y tercer grado que cubrían el 80 por ciento de su cuerpo, Henry Soto, de 61 años, no logró salir invicto de la batalla entre la vida y la muerte. El fuego que acabó con su relación, terminó luego con su vida.

Según los familiares que pernoctaron a las afueras de la Unidad de Quemados del Hospital Coromoto de Maracaibo, Henry habría pasado bien la noche e incluso parte de la mañana, según las informaciones que les daban los galenos de guardia; sin embargo, a las 10.00 de la mañana de ayer un médico los tomó por sorpresa al notificarles que Henry había fallecido.

Su amante, Ana Iris Ochoa, de 27 años, quien recibió quemaduras en la parte baja de su cuerpo, se encuentra estable en su casa. La remitieron al Hospital Coromoto al no haber disponibilidad para ella y no presentar tantas heridas, la dieron de alta horas después de haber ingresado.

La hija que resultó de la aventura entre Henry y Ana Iris, Dakota del Valle Soto Ochoa, de un año, se encuentra totalmente estable, respondiendo a todos los tratamientos que se le suministraron en el recinto hospitalario donde también estaba internado su padre.

La cuñada de Ochoa, comentó que logró conversar con ella al dirigirse a su casa. Contó que la amante de Soto se encontraba recogiendo la ropa que tenía en la casa que le había comprado, en el sector Puerto Urdaneta, de la parroquia Chiquinquirá, municipio La Cañada de Urdaneta, cuando el hombre con el que tuvo amoríos le mostró un envase con gasolina, y comenzó a vaciarlo por toda la casa, incluyéndose. Luego de ver cómo se prendía fuego con un yesquero, Ana Iris tomó a su niña y abrió la puerta para salir de la vivienda. Sus piernas y su niña recibieron quemaduras mientras buscaba las llaves de la puerta. Una camioneta se paró a auxiliarla y la llevó hacia el Hospital Noriega Trigo.

Los vecinos se acercaron hasta la casa y socorrieron a Henry, llevándolo a la Clínica María de San José, en la urbanización La Coromoto del municipio San Francisco.

Un familiar, cuya identidad no quiso revelar, comentó que harían la denuncia ante la Policía científica, para que los funcionarios se encarguen de las pesquisas y deduzcan la razón que llevó a Soto a tomar esa decisión.

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