El padre Nedward asumió las riendas de la Basílica de La Chinita: FOTOS

El padre Nedward Jorge Andrade Govea, nuevo párroco de la Basílica de la Chinita, asumió las riendas del templo mariano la mañana de este sábado 27 de mayo.

Su serenidad, decisión, emprendimiento, responsabilidad, disciplina, orden y juventud estarán a partir de hoy al servicio de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá. 

Cada una de las virtudes —antes mencionadas— fueron enumeradas una a una por sus hermanos sacerdotes, pero de manera muy especial por su padre Nolberto Andrade, quien pidió a la feligresía mucha oración para su hijo. “Le pido al Señor que Nedward mantenga su humildad, y muy especialmente le pido a los fieles de la Chinita que oren por él, para que cumpla ejemplarmente la misión que la Iglesia le ha enconmendado”.

Emocionado contó lo orgullosa que está la familia Andrade Govea con el nombramiento de su hijo. “Nos llena a todos en casa de profunda alegría y a mí, en particular, no me cabe el corazón de orgullo. En él yo tengo a un amigo, mi hijo, mi padre y mi consuelo en los instantes duros, como cuando murió su madre, que fue su pilar en la fe”.

Sus hermanos en el sacerdocio le enviaron sus mejores deseos y consejos en esta nueva responsabilidad.

El nuncio apostólico de Mozambique, monseñor Edgar Peña, envió sus felicitaciones y aseguró que está contento con el nombramiento. “Entre las cosas concretas que le voy a recomendar a Nedward es que siempre haya sacerdotes que atiendan a la gente, que haya sacerdotes para confesar, que siempre se celebren las misas bien celebradas. Que la Basílica sea un lugar de acogida (…). La Basílica debe ser un lugar de acogida donde los trabajadores, servidores, la comunidad, el párroco con su equipo de sacerdotes sean personas que acojan al pueblo de Dios que va a la Basílica a honrar a la Madre de Dios (…) Confío que el padre Nedward tiene las cualidades naturales y la preparación para realizar una extraordinaria misión”.

El padre Eduardo Ortigoza, vicario de Educación de la Arquidiócesis, puntualizó: “Él es un padre muy sensible a las necesidades de los demás y siempre dispuesto a ayudar. Además, que de manera muy especial siente profundamente a la Iglesia”.

Uno de sus guías espirituales desde niño, cuando era monaguillo en la parroquia El Carmen, en el barrio Andrés Eloy Blanco, el padre Luis Arrieta, lo felicitó. “Sé que ejercerá esta misión pastoral con todo el cariño y esfuerzo que le caracterizan. Además, es un muchacho con experiencia a pesar de su corta edad. Lleno de bondad y sencillez”.

Por su parte, el presbítero José Severeyn  le aconsejó mantener la cercanía con la gente. “Como dijo el papa Francisco que tenga olor a oveja, es decir, estar siempre al lado de su feligresía, su comunidad”.

 

 

NOTIZULIA/Panorama

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