Este lunes, el pontífice inicia una maratónica visita de 12 días a cuatro países del sudeste asiático y el Pacífico Sur: Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur. Se trata de uno de los viajes al extranjero más largos en los que que realiza un papa y marca la mayor distancia geográfica (32.814 kilómetros) que Francisco ya recorrió desde su elección en 2013.
El sumo pontífice, de 87 años, tuvo que cancelar su viaje a Dubái en noviembre pasado debido a una gripe e inflamación de las vías respiratorias, seguidos de bronquitis en meses posteriores. Y se vio obligado a utilizar una silla de ruedas por dolores de espalda y rodilla.
Esta visita histórica permitirá al papa resaltar temas claves de su pontificado, como el diálogo interreligioso y la protección del medio ambiente.
El viaje también subraya un cambio significativo que se está produciendo dentro de la Iglesia católica: su inclinación hacia Asia.
Durante su pontificado, Francisco visitó Corea del Sur, Japón, Filipinas, Tailandia, Myanmar y Bangladesh. Nombró a cardenales filipinos (Luis Antonio Tagle) y surcoreanos (Lazarus You Heung-sik) para ocupar altos cargos en la administración central de la Iglesia.
La Iglesia católica deja de ser una institución eurocéntrica u occidental para convertirse en una institución en la que las iglesias de Asia, África y América Latina tienen cada vez más voz. Francisco, que de joven quería ser misionero en Japón, habla favorablemente de los líderes eclesiásticos masculinos y femeninos procedentes de países no europeos.