El último acto heróico de Helisito

Rescató a sus hijos y a su esposa de las llamas, no le importó morir por su familia. Es el último acto que recuerdan los vecinos y los familiares de Helí Saúl Bravo Muñoz (33), a quien le dicen cariñosamente «Helisito». 

El fuego se propagó ayer, a la 3.00 de la madrugada, por la casa del sector La Colorada, municipio Mara. El vigilante de la granja de Bravo vio la humareda, pidió ayuda y corrió hasta la vivienda. 

“Él nos sacó a mí y a Juan (el hijo mayor) por una ventana de atrás y nos dijo que nos quedáramos allí porque había fuego por todos lados. Se regresó a buscar a la esposa y a las dos niñas, pero ya ellas habían salido por un boquete que había abierto el vigilante por la parte del frente. No sabemos qué le pasó que no volvió a salir. No se podía entrar por el humo y el fuego en todos lados”, explicó Isaías Bravo, suegro de Helí Saúl.

Tras minutos de angustia y de intentar rescatarlo, llegó un tío de Bravo y rompió una de las paredes con un camión para buscarlo. El fuego y el humo hacían imposible la tarea Logró llegar hasta la habitación y lo encontró tirado en el piso boca abajo en actitud de protegerse del fuego. Ya había fallecido.

Su esposa y la menor de sus hijas quedaron con serias lesiones. A la niña, de dos años, la internaron en la Unidad de Cuidados Intensivos mientras que la madre estaba en observación, con lesiones internas a nivel del esófago, producto de humo caliente inhalado al respirar en medio de las llamas, detalló un pariente.

“La mamá es la que se encuentra en peor estado, sin embargo el médico dijo que está estable. La niña no presenta gravedad, pero la llevaron a la UCI para hacerle seguimiento más riguroso”.

El hijo varón (11) y la mayor de las hijas salieron ilesos gracias a la valiente intervención de Helí Saúl, que pudo sacarlos de primero. Su suegro, quien también dormía en la casa, solo inhaló un poco de humo. Su yerno pudo salvarlo.

Hipótesis

Según los bomberos, el fuego comenzó en la sala y se originó en un teléfono celular que estaba conectado a la electricidad o de una linterna recargable enchufada a la misma toma. Las llamas se extendieron a una lámpara y de allí al cielo raso de anime. El fuego se dispersó rápidamente alimentado por el combustible del anime y del asfalto del techo de láminas de acerolit.

 

NOTIZULIA/LAVERDAD

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