Con una herida en el cuello hallaron a José Nicomedes Vargas Gil, de 40 años, dentro de su casa, en la carretera G con la avenida 32, a la altura del sector Campo Alegre, en el municipio Simón Bolívar. La Policía científica maneja como principal móvil la venganza. Aunque los familiares aseguraron que dentro de la casa faltaban objetos de valor.
Los Vargas perdieron, desde el pasado domingo, comunicación con su pariente. Lo llamaban a su celular y siempre salía la contestadora. Se preocuparon y decidieron, el pasado martes a las 2.30 de la tarde, acercarse a la residencia. Se sorprendieron al hallar la puerta entre abierta. No se detuvieron y siguieron su recorrido. En una de las habitaciones encontraron la sangre y al seguir el rastro, el cuerpo.
Uno de sus parientes se abalanzó sobre él a ver si tenía pulso, pero estaba sin vida. José Nicomedes había perdido mucha sangre por la herida. Los detectives esperan el resultado de la necropsia para conocer la data de muerte de la víctima. El occiso aún no estaba descompuesto.
Quienes ingresaron a la vivienda buscaban algo, desordenaron los muebles y los cajones en las habitaciones. Los Vargas presumen que faltaban objetos, pero no tienen certeza de cuáles ni cuántos. El obrero residía solo y pocas veces lo visitaban.
Los efectivos del cuerpo detectivesco investigan el entorno de la víctima, quien presentó antecedentes policiales por hurto. Algunos vecinos les comentaron que José mantenía relaciones con integrantes de bandas que operan en el municipio. Pero no detallaron los alias de sus azotes ni las alianzas con ellos.
El cuerpo de Vargas Gil lo llevaron a la morgue del Hospital General de Cabimas. Hasta ahora no hay testigos ni indicios de cuántos ni quiénes participaron en el homicidio.