El oficial de la Policía Nacional Bolivariana, Javier Enrique Parra Oliveros, encontró la muerte mientras patrullaba. Un hampón lo asesinó en una persecución que se ejecutó en Santa Rita.
El domingo, a la 1:00 de la tarde, Parra realizaba patrullaje en el sector San Benito junto a dos compañeros, cuando vieron a un hombre en actitud sospechosa que se desplazaba en una moto.
“Ellos le dieron la voz de alto, el delincuente emprendió la huida por lo que se inició la persecución en la unidad».
El hampón después se bajó de la moto y comenzó a correr. Parra fue detrás de él y ocurrió la desgracia”, contó consternado Johandry Hernández, amigo y ‘curso’ de la víctima.
De acuerdo con un vocero del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) “el oficial logró atrapar al maleante, por lo que se produjo un forcejeo en el que el asaltante se libró, desenfundó su arma y le disparó cuatro veces al policía”.
Las lesiones se las efectuó en el abdomen. Tras caer herido el policía el vándalo logró escapar. A pocos metros de donde cayó el policía quedó la moto en la que se desplazaba su verdugo.
Los otros compañeros de Parra lo trasladaron de inmediato hasta un centro de salud, donde después fue remitido al Hospital General del Sur, en Maracaibo.
A las 9:20 de la noche ingresó. Su estado era delicado, por lo que no soportó la gravedad de las heridas y falleció a las 10:30 pm.
“Era un policía correcto, ejemplar. Siempre al servicio de la ciudadanía. Era dedicado a su familia”, así lo describió otro de sus compañeros.
Parra se graduó en la primera promoción de la PNB hace cinco años. Dejó en la orfandad una bebita de dos meses de nacida.
Hasta ahora se desconoce la identidad del homicida; sin embargo, trascendió que la policía está realizando labores de inteligencia para determinar quién asesinó a Parra y dar con su paradero.
Desde hace seis meses estaba destacado en El Mene, señaló una fuente policial, quien agregó que la conducta de Parra era intachable, por lo que lamentó su muerte mientras prestaba servicio a la comunidad.
“Uno como policía sabe qué día sale de su casa, pero no cuándo regresa. Nos encomendamos a Dios. Hoy lamentablemente le tocó a Parra y a su familia vivir todo este pesar”, acotó Hernández desde la morgue de la Universidad del Zulia.