Rafael E. Fernández
Al contrario de lo que afirman algunas teorías económicas, un grupo de economistas del Fondo Monetario Internacional (FMI) indicó, por medio de un reciente informe, que el incremento de salarios puede ser totalmente neutro.
Tras el análisis realizado, donde se contemplaron los períodos históricos en los que se observaron posibles espirales de precio-salario, el FMI concluyó que el aumento moderado de salarios nominales, ubicados por debajo de los niveles de Índice de Precios al Consumidor (IPC), «no necesariamente debe ser visto como un síntoma de una espiral precio-salario«.
Según reseñó el portal web CincoDías, de los 79 períodos históricos analizados por la institución, entre los que figuran distintas etapas económicas de países como España y Alemania, tan solo en una minoría de ellos el aumento de precios y salarios revierten el uno sobre el otro
El documento, denominado «La espiral precio salario: ¿cuál es la evidencia histórica?» expone que existen etapas en las que la inflación tiende a la baja desde valores elevados, mientras los salarios suben en términos nominales, es decir, en la cuantía que se percibe.
«Quizá resulte sorprendente que solo una pequeña minoría de esos episodios fueran seguidos de una aceleración sostenida de los salarios y los precios. En cambio, la inflación y el crecimiento de los salarios nominales tendieron a estabilizarse, dejando prácticamente sin cambios el crecimiento de los salarios reales», detalló el informe.
La inflación, que cerrará el año en una media de alrededor del 8,5% está llevando a muchos trabajadores al límite, pero también a las empresas, que argumentan que agobiadas por los aumentos de los costes energéticos y de insumos, se les imposibilita hacer frente a los incrementos de costes laborales, que demandan sus plantillas para no consagrar la fuerte pérdida de poder adquisitivo que sufren desde hace un año.
Relación salarios/precios
El informe publicado por el FMI a finales de 2022 indica que, en un contexto de shock de demanda negativo, como el que experimenta la economía desde la pandemia del coronavirus por la subida de los precios energéticos, «no hay evidencia de relación» entre salarios y precios.
Bajo este orden de ideas, precisa que la reducción del salario nominal no aplana la curva de la inflación. Según el análisis histórico del FMI, reducir o congelar el dinero que perciben los trabajadores hace que tarden más en recuperar su salario real, es decir, su poder adquisitivo.
Por el contrario, en momentos de crecimiento de salarios y precios en los que sí hay subidas de mensualidades en términos nominales, la inflación termina bajando de manera similar a cuando no los hay, pero el poder adquisitivo de los trabajadores se recupera antes.
Información obtenida por CincoDías, indica que para el director general del Instituto de Estudios Económicos de España, Gregorio Izquierdo, las experiencias de otras crisis inflacionarias han hecho que los actores institucionales hayan gestionado mejor la coyuntura y evitado que, cuando la inflación estaba al alza, se registraran alzas desmesuradas o medidas procíclicas que generasen efectos de segunda ronda, lo que, según Izquierdo, habrían hecho la situación «mucho peor e irreversible, con una inflación mayor y más persistente y con destrucción de empleo».
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