Lo degüellan por reconocer a sus asaltantes

Los tres asaltantes cubrían su rostro con unas franelas, pero aun así Ernesto Alexis Torres Perozo, de 57 años, reconoció a uno de ellos. Al verse descubierto, el maleante tomó un cuchillo y degolló al obrero, en su casa, en la invasión Villa Esperanza II, estado Lara; delante de sus hijos y nietos.

Los testigos contaron a El Impulso que los homicidas derribaron una de las puertas -la del frente- y amenazaron con “balear el rancho” si no abrían la segunda. «Kiko», como cariñosamente apodaban a Torres, abrió para evitar que hirieran a alguno de sus nietos. 

“Chamo, cómo me vas a hacer esto si yo te conozco”, decía Ernesto Alexis mientras lo golpeaban con la cacha de una escopeta. Pese a sus súplicas lo mataron y se llevaron lo poco que tenía de valor en su rancho.

 A «Kiko» lo describieron como trabajador, limpiaba en la licorería Villa. No tenía problemas con las autoridades ni con vecinos.

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