Los Wade, marca criminal en La Cañada de Urdaneta

El anonimato, el misterio y el secreto los encubrió por décadas y les permitió fortalecerse. Compraron armas, extendieron sus dominios, sus alianzas y se adueñaron silentemente de La Cañada de Urdaneta. Los medios de comunicación ni los cuerpos de seguridad le otorgaron importancia a sus crímenes hasta 2012, cuando en un ataque sorpresivo a la tribuna B del hipódromo de Santa Rita acribillaran de 64 tiros a Oswaldo Raúl Ortega, concubino de la alcaldesa Maira Zamora y militante del PSUV; y a su escolta, el poliurdaneta Néstor Figueroa Polanco (28). A los cuatro sicarios los grabaron las cámaras de seguridad y en cuestión de horas identificaron a sus contratantes, los Wade.

Los orígenes de la banda se remontan a los 90 y su nombre se debe a un solo hombre, Jhon Gregorio Wade León (54), trinitario radicado en la parroquia La Concepción desde su llegada. Quienes conocieron a «Jhon Galán», como le apodaron al extranjero por sus facciones varoniles y su cándida sonrisa, recuerdan su ambición y su deseo de fortuna. Se alió pronto con bandas de extorsionadores, cobradores de vacunas y ladrones de blindados. Debutó como «pegador», luego de sicario de José Luis Leal y hasta fue informante de los cuerpos de seguridad. Hizo relaciones con Alexánder Dávila, exdirector de Poliurdaneta, Polibaralt y miembro de la Policía regional; Heli Heberto Fernández Chamut, exfuncionario de la Policía regional; la Policía científica y a la Disip, Los Meleán, Los Matos y uno que otro personero del Gobierno.

Lo encarcelaron por primera vez el 12 de enero de 2006 por su prensunta participación en el asesinato del sindicalista petrolero Raúl Antonio García Rincón, quien resultó tío de Oswaldo Ortega, y de herir a Ángel Alirio Mendoza, líder de una banda de asalta blindados. Como su vínculos policiales no le sirvieron para impedir su juicio, ya para 2007 abandonó su función de «sapo».

Tras dos años de prisión, el 16 de enero de 2008, el Juzgado Séptimo de Juicio, a cargo de Yoleyda Montilla Fereira, y según la Sentencia No.02-08 y Causa No. 7M-054-06, declaró: «El Tribunal apreciando los elementos probatorios, considera que los mismos no son lo suficientemente contundentes como para desvirtuar la presunción de inocencia que acompaña por derecho constitucional y legal a los acusados Jhon Gregorio Wade León, ya que existe duda razonable, pues el cúmulo probatorio no es suficiente para estimar que sea culpable de lo que se le acusa». Y después de eso libertad plena. En la actualidad lo busca el Juzgado Cuarto de Control, de acuerdo al expediente 4C-S-2288-12, en el escrito no se especifica el delito.

Resurgimiento

Para 2007 contaba con la experiencia y relaciones necesarias. Fortaleció a sus sicarios con pistolas 9mm, calibre 380; revólveres, calibre 38; escopetas, calibre 12 y 16; subametralladoras, calibre 45, granadas, capaces de esparcir perdigones hasta 180 metros por segundos. «Las armas las compran en el mercado negro interno. Aquí el contrabando de armamento es casi libre y los millonarios recursos provenientes de las extorsiones y narcotráfico le permiten adquirir lo que deseen», indicó un funcionario que investigó la banda por tres años.

«Las alianzas lo ayudaron a levantar su imperio», acotó el oficial. Antes del asesinato de Antonio Meleán, el 27 de diciembre de 2008, rompió con algunas relaciones. Redujo su círculo de amistades e integró a los más confiables de su familia, entre ellos, su hijo, Jhon Andrew Wade Rangel; su hermano Jordan Gustavo Wade León; y ocho miembros más de su linaje.

– ¿Con cuántos soldados cuenta? 

– Los «soldados» que tiene son incuantificables, allí tienes que tomar en cuenta que a veces para trabajos específicos usa sus «sicarios» de siempre, para otras «menundencias» contratan «cocosecos» a un precio que oscila entre 10 mil a 50 mil bolívares. Los reclutan de las barriadas aledañas a La Cañada, San Francisco, La Concepción y La Villa. Recuerda que la banda como tal debe estar integrada por aproximadamente entre 30 a 60 personas, pero él tiene un círculo de extrema confianza que no pasa de 10 sujetos,  el resto los alterna y pasan a ser sub-bandas, ellas pueden sobrepasar los 300 soldados, cada uno escala dependiendo de cómo ejecuta su trabajo.

-¿En la banda existen mujeres?

– Las mujeres sirven como contención en los ataques de la policía y para enamorar a los funcionarios, así sacan información del trabajo que hacen. Recurren la arrogancia y el machismo del oficial. Simplemente ellas procuran algún contacto en alguna fiesta, algo que parezca casual y como son muchachas con un buen físico, logran el contacto y comienzan el flirteo, es allí donde comienzan a intercambiar información que, en apariencia para el funcionario pasa desapercibido. Estas mujeres están en el nivel bajo de la organización, nunca obtuvimos información sobre algún liderazgo femenino dentro de la estructura delictiva. En mi gestión se descubrió el vínculo con un oficial de la Policía regional y un cicpc.

– ¿Sus alianzas hasta dónde se extienden?

– Las persecuciones llevaron a los funcionarios desde La Cañada a los municipios Jesús Enrique Lossada, Maracaibo, San Francisco, Santa Rita, Valmore Rodríguez, Baralt, Colón, Sucre y Francisco Javier Pulgar. Pero se conocieron vínculos con bandas en Trujillo y Yaracuy.

Ya para 2010 se hablaba de que Wade, el viejo, buscaba sustituto. Aunque no estaba muy de acuerdo con las tácticas sanguinarias de su hijo Jhon Andrew le otorgó parte de su reinado. 

La banda

Carros. Para sus movilizaciones usan muy poco el transporte lacustre, pocas veces los ves en caravanas. se inclinan por Hummers, Nissan de última generación, Chevrolet Tahoe, Toyota  4Runner, Hyundai Accent, Chevrolet Spark. Optan por la contratación de taxis y motocicletas de diferentes cilindrada.

Opulencia: El círculo cercano se caracterizan por ser muy ostentosos en su ropa, usan de marcas originales. Las mujeres de la familia viven como reinas, joyas, comodidades, carros, aire acondicionados, piso de parquet, granito, cocina de mármol.

Delitos: Extorsión, sicariato, tráfico de armas y droga, porte ilícito de arma de fuego.

Armas: Pistolas 9mm, calibre 380; revólveres, calibre 38; escopetas, calibre 12 y 16; subametralladoras, calibre 45, granadas, fusiles de diferentes calibres.

Sicarios: Por pertenecer a la banda pueden matar por gusto. Por algunos encargos le pagan entre mil  y 500 mil bolívares, todo depende de la víctima. Sus edades oscilan entre los 15 y 25 años. Escalan en la banda por su efectividad. 

Escondites: Maicao, Colombia, el Sur del Lago de Maracaibo, Trujillo y Mérida. 

Ganancias: Van desde 10 millones de bolívares diarios hasta cobros en dólares. Sus principales objetivos son los comerciantes, los dueños de playas, camaroneras y chatarreras. Extorsionan hasta a los vendedores de empanadas.

Testaferros: Compran propiedades en el occidente del país. 

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