La crisis del dinero en efectivo tiene diversos tentáculos. Cada extremo se mueve por sus propios intereses. En las entidades bancarias públicas y privadas se ensambla un negocio “irregular”. Los usuarios y ahorristas tienen topes de cantidades por retiro en cajeros y taquillas. Entre 10 mil y 20 mil bolívares se aprueban las operaciones.
“Pero si eres amiguito del cajero de la taquilla y pagas ocho por ciento del monto del cheque, puedes cobrar más de 100 mil bolívares”, acusó un mensajero de un establecimiento, en anonimato para “no meter en problemas” al titular de la transacción. “A todos los clientes le daban 10 mil. Él pasó el cheque y le dieron lo que pidió. Todo es un negocio que el gerente sabe”, soltó desde una sucursal bancaria en 5 de Julio.
Avance de efectivo, venta de billetes del nuevo cono monetario y recargas en cambio de cheques persisten en Maracaibo, pese a ser un ilícito financiero e incumplirse la normativa de ley. El fin de semana, la Superintendencia de Instituciones del Sector Bancario adelantó suspender actividades de avance de efectivo de los productos, servicios, convenios, acuerdos o contratos con personas jurídicas y naturales que permiten el retiro de efectivo a través de tarjetas bancarias.
En las filiales bancarias se mueven “mafias”, acentuó Sol Larreal, profesional emprendedora. “Si eres conocida del gerente te piden un almuerzo, helado” para cambiar el cheque. “A todos los demás solo le daban 10 mil bolívares”, situación que ocasiona molestias y descontento entre clientes. “Yo lo he visto”, aseguró. Hay quienes acceden a pagar el recargo “por la necesidad, porque tienen que viajar”.
Los tentáculos financieros no son exclusivos de Maracaibo. En San Francisco, “bajo cuerda (ilícito) tienen su maraña”, destacó Scarlet Salas, estudiante universitaria. Cada visita a un banco del sur es una escena de pago. Las operaciones se trazan con los trabajadores en las taquillas. Y si es pago de avance en comercios “son 20 por ciento para sacar dinero”.
“No hay real”
La escasez de billetes somete el privilegio de las personas de la tercera edad. Pese a ser las primeras en ser atendidos en servicios bancarios, “siempre es lo mismo. No hay real, no hay remesas. No dan todo el dinero de la pensión. Uno quiere su plata y no puede”, lamentó Esterlina Herrera, pensionada. La llegada al banco Bicentenario, en el casco central de Maracaibo, es sinónimo de “faltas” en los derechos económicos. “Y aquí mismo tenemos el Banco Central de Venezuela que debería tener más dinero y no hay”.
Operación formal
Retiro por cajero automático es de 12 mil a 20 mil bolívares.
Transacciones en taquilla se registran entre 10 mil bolívares y 50 mil bolívares.