¡NAVIDADES SANGRIENTAS! Este informe criminal mete miedo

¡NAVIDADES SANGRIENTAS! Este informe criminal mete miedo

Sobre bandejas metálicas ingresan a la morgue forense de la Policía científica, en la Facultad de Medicina de la Universidad del Zulia, unos 250 cadáveres al mes. Es el destino final de las víctimas de la violencia, accidentes, suicidios e infortunados que murieron a causa de alguna mala praxis médica. La temporada decembrina no podía ser la excepción, familias enteras lloran la pérdida de un pariente que no podrá disfrutar la llegada del nuevo año. 

Las organizaciones criminales que luchan entre sí para dominar los territorios arrasan con todo a su paso, atentan contra la vida de los ciudadanos, los apuntan con armas de fuego para despojarlos de sus pertenencias. El móvil del crimen varía, venganza, ajuste de cuentas, resistencia al robo; el resultado siempre es el mismo, sangre, dolor, lágrimas, lluvia que cae sobre féretros marrones cuando son bajados a la profundidad de una fosa.

Los productores agropecuarios se miran a los ojos mientras piensan en el peligro que enfrentan al desplazarse en sus camiones por el kilómetro 25 al 40 de la vía a Perijá, en ocasiones desechan la idea de transportar mercancía; temen que la banda delictiva que opera a lo largo y ancho de la carretera los sorprenda, confesó un ganadero víctima del hampa.

Armando Chacín, presidente de la Federación de Ganaderos de la Cuenca del Lago (Fegalago), aseguró que la vía se convierte en una guillotina a partir de las 5.00 de la tarde, esto muy a pesar de los 30 funcionarios de la Policía regional que custodian la zona durante los fines de semana. En el Sur de Lago, la muerte se hizo presente, los parientes del ganadero Jean Carlos Baudino (42), apagaron las luces del árbol de Navidad después de su deceso.

Miembros de la organización delictiva Los Colina, lo interceptaron mientras viajaba en su camioneta Ford Súper Dutty 350, azul, placa A4BM7V, por el sector Los Dos Morales, parroquia El Moralito, lo obligaron a descender, luego lo apuntaron con un revólver Smith & Wesson, calibre 38, y le dispararon para dejarlo muerto en el sitio. Luis Alberto Morales Guerrero, coordinador de la Policía Nacional Bolivariana, informó que efectivos del CPBEZ liquidaron a los sicarios.

Más allá de la banda Los Colina dedicada al robo, hurto de vehículos, extorsión, cobro de vacuna y asesinato por encargo; Wilfredo Cardona (38) cayó muerto sobre el pavimento cuando unos maleantes lo tirotearon en la calle principal del sector Costa del Sol, parroquia Udón Pérez del municipio Catatumbo. El joven salió, a las 11.30 de la mañana, de su casa, los antisociales aprovecharon un descuido para emboscarlo. “Pagó con sangre una vieja deuda”, detalló un detective.

El hampa no perdona. En el sector El Triunfo del municipio Rosario de Perijá, unos malhechores amordazaron, golpearon, tirotearon y colgaron de un mecate a Rafael Muñoz, de 68 años. El

sexagenario conversaba con unos amigos bajo la sombra de un árbol sin imaginar que su sangre quedaría esparcida sobre la arena. 

Énder José González González (24) corrió con la misma suerte, antisociales lo golpearon en la cabeza hasta matarlo en el barrio La Maleza, parroquia El Rosario de Perijá. Los criminales utilizan el mismo operandi, tienen una visión distorsionada de la realidad, son insensibles al dolor ajeno, “para ellos matar es un trabajo”, comentó la psicóloga de la Policía científica, Nahomy Fernández.

En una semana se registran de tres a cuatro crímenes semejantes, cadenas de sucesos, como si un asesinato desencadenara otro. Para la doctora, no puede explicarse científicamente, depende del contexto intrafamiliar en el cual se formó el delincuente, círculo de amistades, patrones de conducta corregidos a destiempo.

Sed de sangre

En diciembre la puerta metálica roja de la morgue forense de Maracaibo recibió cadáveres procedentes de los municipios Maracaibo, Almirante Padilla, San Francisco, Jesús Enrique Lossada, La Cañada de Urdaneta, Rosario de Perijá, Machiques de Perijá, Mara y Guajira. En un día de poca afluencia ingresaron ocho muertos, como máximo registraron 15.

La mayoría de cadáveres que descendió de la furgoneta presentaba impactos de bala, más de 50 homicidios se produjeron durante las navidades. En casi todos los casos, los maleantes interceptaron a las víctimas mientras conversaban, caminaban, o estaban paradas en el frente de su casa, descendían de una moto negra, modelo Haojin, el parrillero desenfundaba un arma de fuego y le disparaba en reiteradas oportunidades. El mismo modus operandi.

En ocasiones como las descritas en el caso del adulto mayor, los pistoleros no se conforman con asesinar al infortunado, su sed de sangre no queda satisfecha. Hace cuatro meses unos delincuentes sometieron a Robert Andry Barda Quijada (28), alias el “Coreano”, en la avenida 11 con calle 118 del barrio Estrella del Lago, parroquia Antonio Borjas Romero del municipio Maracaibo, lo golpearon, apuñalaron por la espalda y luego le dieron un tiro en el cráneo.

Los celos hicieron de las suyas este diciembre. Después de que Eddy Barboza, mató hace 19 días a Celinet Ángeles Mengual Agames (27), su exesposa, mientras abría la puerta de su casa en el barrio Villa Chiquinquirá II de Ciudadela Faría; Marcos José Molina Trejo (34) se ahorcó tras apuñalar a Andreína del Carmen Gutiérrez Paredes (33). Para su infortunio la mujer no estaba muerta.

Inocencia interrumpida

La mente retorcida de los depravados sexuales asumió un rol estelar. Jhoana Carolina Montiel, de tres años, Cristian José Polo Torrealba, de uno, y Naibeli Joseli González Quevedo, de un año y siete meses, no abrieron los regalos en Noche Buena, sus cadáveres reposan en el interior de pequeños féretros blancos sumergidos en las profundidades de la tierra. Llorar, gritar, clamar justicia no calma la indignación de sus parientes.

Gustavo Adolfo Ferrer (26), padrastro de Johana, la violó en una casa de bloques grises de la calle 26 del sector La Arreaga, parroquia Cristo de Aranza, Jholiver del Carmen Montiel (26), madre de la bebé, estaba implicada. Una vez obtenido los resultados de la necropsia, los detectives del Eje de Homicidios de la Policía científica los detuvieron, deben pagar una condena de 30 años de prisión.

Cuatro días antes de que Engelberth de Jesús Ruiz Torres (21), golpeara, violara y obligara a Cristian a practicarle sexo oral en una vivienda situada en la calle 85 con avenida 94 del barrio La Pradera; Lignarys Michel Quevedo Parra (27) y Oswaldo Sosa Torrealba (35), madre y padrastro de Naibeli, la violaron y golpearon en el abdomen hasta matarla en una casa del sector San Ramón del municipio San Francisco.

Uniformados emboscados

Los efectivos de los cuerpos policiales también son víctimas de la delincuencia. Los expedientes archivados en la sede de la Policía científica en Altos del Sol Amado dejaron al descubierto a una banda criminal matapolicías. El hermetismo de los detectives y familiares de los oficiales caídos, impera.

Similitudes en los decesos hacen presumir que la hipótesis manejada por los sabuesos es la correcta, aseguró una fuente oficial ligada a las investigaciones. El pasado 5 de diciembre Antonio José Cordero Ball (32), detective agregado de la Policía científica, murió tiroteado mientras compartía con unos amigos en un local de comida rápida en la avenida 67 Cecilio Acosta, entre calles 9 y 9B, parroquia Chiquinquirá del municipio Maracaibo.

Ocho días después, unos sicarios asesinaron a Enderson Alberto Hernández Prieto (22), oficial de la Policía Nacional Bolivariana, adscrito al Departamento de Investigaciones Penales, cuando se dirigía al comando policial de La Coromoto. Los hampones lo interceptaron en la avenida 5 del sector El Manzanillo, en San Francisco. Su cuerpo reposaba sobre el volante de su vehículo, tenía impactos de bala.

Los criminales esperaron seis días para matar a José Antonio Acosta González (27), detective agregado de la Brigada Contra Bandas de la Policía científica, en la calle 50 con avenida 74 del barrio Los Planazos, parroquia Idelfonzo Vázquez. Se acercaron a la ventana del carro Mitsubishi, Signo, blanco, placa GAO-05T, que conducía, sin mediar palabras le dispararon.  

Al final de la lista estaba Jhonler José Lares Arenas (33), oficial en jefe de la Policía regional, le tocaba el turno para morir, solo era cuestión de tiempo. El pasado viernes 26 de diciembre a las 8.30 de la noche, sicarios lo interceptaron mientras se desplazaba en su automóvil Chevrolet, Malibú, vinotinto, placa AO-597, por la calle 65 con avenida 82 del barrio Bajo Seco. Murió sobre una camilla de la Clínica Vera, proyectiles le atravesaron el cuerpo.

 Zulia, el estado del delito

Johel Salas, coordinador regional del Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV), asegura que el estado Zulia concentra el mayor número de muertes por encargo. Cada semana del 2017 se produjeron 6.4 homicidios en Venezuela, cuatro de cada cinco ocurrieron en la región zuliana. Los municipios con los índices de criminalidad más altos son Baralt, registra 194 por cada 100 mil habitantes.

Jesús María Semprún y Catatumbo cuentan con 176 y 115 muertes violentas respectivamente. El año 2017 cierra con una tasa de 89 homicidios por cada 100 mil habitantes, lo que equivale a un total de 26 mil 616 asesinatos en el país.

Aumentan los enfrentamientos

 

Las muertes por resistencia a la autoridad se incrementaron en el 2017, murieron 15 mil presuntos delincuentes durante enfrentamientos con los cuerpos policiales y militares. La modalidad de muerte violenta como consecuencia de linchamientos aumentó, 2.4 por ciento de azotes fallecieron en manos de las comunidades enardecidas. El Zulia figura entre los cinco estados con el mayor número de casos, aseguró Johel Salas, coordinador de la OVV.

NOTIZULIA / Con información de La Verdad

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