Ni la crisis más devastadora puede matar los valores y sentimientos de amor que atesoramos. Venezuela, reconocido así en el mundo, ha sido uno de los países más alegres y con mayor variedad de elementos que afloran en torno a la Navidad en todo el planeta. Desde la muy variada música navideña, hasta los muy variados platos típicos hay en Venezuela para todos los gustos, pero una de las principales, sino la principal de todas las tradiciones es la construcción -en familia- del pesebre o nacimiento navideño.
Las cajas descansan polvorientas en un closet o en un espacio apartado de la casa y afloran, en el Zulia por ejemplo, desde el propio mes de octubre. No hay como el día en que la familia monta el pesebre y el árbol de Navidad. Cada día montar un árbol de Navidad es más costoso, pero un pesebre se puede hacer hasta con palitos de fósforos.
Pero ¿cuál es el sentido del pesebre en casa? El pesebre simboliza lo que para los creyentes cristianos es el acontecimiento más importante de la humanidad desde su génesis, el nacimiento del Hijo del Hombre, es decir el nacimiento del Hijo de Dios, de Jesucristo, quien simbólicamente nace en un humilde establo rodeado por una mula y un buey, con ovejas por doquier y pastores alrededor. Iluminados por una estrella que fue la que guió a los tres Reyes Magos que llegaron desde el otro extremo de la tierra para ofrendarle regalos al Salvador.
El pesebre tradicional tiene sus elementos muy específicos. Un pesebre sencillo, meramente típico, solo tiene los siguientes elementos y aquí están con lo que significa cada uno:
Choza: Representa sencillez y humildad.
José: Hombre que inspira obediencia y fortaleza.
María: Representa la fidelidad y el amor a Dios, mujer compresiva y bondadosa, madre Divina.
El niño Jesús: Guía espiritual, que se aloja en el corazón del hombre para transmitirle su amor al mundo.
Buey: Su misión era mantener caliente con su aliento, la cuna del niño Jesús. Sirve como ejemplo a los hombres, para que mantengan en sus hogares un ambiente cálido y amoroso.
Burro: Animal más humilde de la creación, motivo por el cual fue el elegido para acompañar a María y estar en el pesebre.
El ángel: Simboliza la bondad, el amor y la misericordia.
Tres reyes magos: A través de sus obsequios (oro, incienso y mirra), le muestran a Jesús su naturaleza real, divina, así como su sufrimiento y muerte.
Pastores: Representan la humildad, sencillez, servicio, ayuda y alegría de los humanos que cuidan con amor a su rebaño.
Ovejas: Significan obediencia y docilidad, inspiran confianza.
Musgo: Hierba que deja pisarse por todos los pies, sin importar su clase o posición.
Estrella: Significa renovación. Representa la luz inagotable y refrescante que disipa las tinieblas para darnos esperanza.
¿Pesebres modernos?
Sí, los hay y de muchos tipos. En estos se derrocha la creatividad de cada familia o de cada «pesebrero». Un pesebre moderno simplemente integra elementos nuevos al nacimientos, cualquier elemento nuevo, pero si y solo si se mantiene, dentro del pesebre, los elementos tradicionales. Es decir, un pesebre moderno consta del pesebre «normal» con otras cosas añadidas son totalmente válidos. Hay quienes montan ciudades alrededor del nacimiento y así, otros motivos que le dan personalidad a cada nacimiento navideño.
Al final la idea del pesebre, como del árbol de navidad, como de la hechura de hallacas y dulces, es compartir en familia, que cada miembro del hogar participe en la construcción de ese pequeño espacio que se dedica a enaltecer el hecho de la Natividad y que se convierta en símbolo de unión y fraternidad.
El pesebre se monta sin el niño y el niño se coloca a las 12.00 de la medianoche del 24 para 25 de diciembre, también en unión familiar y se agradece a Dios por la vida y por todas las experiencias vividas en la tierra.
Grande, pequeño, con muchas cosas, con pocas cosas, con elementos tradicionales o con todo lo que le quera añadir, haga su nacimiento en familia, es una excelente oportunidad de compartir.
Tradiciones en torno al pesebre
Una de las tradiciones, fundamentalmente andinas y centrales en Venezuela es la realización de La Paradura del Niño. Es una fiesta tradicional que se celebra en el mes de enero, la segunda semana de ese mes y por lo general se hace en comunidad. Algún miembro de la familia o de la comunidad se «roba» (toma prestado) el niño del pesebre sin que se den cuenta y esa persona que se lleva el niño debe organizar la fiesta de la Paradura, que consiste en una procesión con todos los niños de la familia o de la comunidad que buscan al niño de casa en casa hasta que el que se lo lleva lo hace aparecer.
Los niños en procesión van entonando villancicos y canciones al niño Dios mientras caminan alumbrados por faroles de velas. Por lo general los niños se disfrazan con trajes que simulan los trajes usados en la época de Jesús.
Cuando el niño aparece, la persona que organiza la Paradura agradece a Dios, ora, y entrega golosinas a los niños de la comunidad o de la familia al ritmo de villancicos y aguinaldos y luego el niño Jesús del pesebre, vuelve al nacimiento. Una tradición que vale la pena hacer por su significado familiar y espiritual.
Redacción Notizulia
