Hay dos elementos que atentan contra la normalidad en el despacho de combustible en Zulia y Táchira principalmente. Por una parte el retraso en la llegada de buques provenientes de la refinería de Cardón, en Falcón y por la otra el desespero desmedido de la población. A ambas se le suma la práctica del bachaqueo, cuyos operantes se aprovechan de la situación para sacar partido y luego vaciar en pimpinas de agua mineral la gasolina para revenderla en Ciudad Lossada y / o llevarla a la frontera. Esta última metodología está siendo observada de cerca por el Gobierno regional y municipal, pero no hay normalidad, las estaciones siguen atestadas de carros, las colas siguen interminables y el caos en la ciudad persiste.
Ayer, martes, el alcalde Willy Casanova anunció que este miércoles «todas las estaciones estarán surtidas de combustible y en normal funcionamiento». Y no es que el regente municipal haya mentido. Las gandolas se desplegaron desde el lunes, con retrasos, pero se desplegaron por todas las estaciones abasteciéndolas, pero la cantidad de carros por surtir descontrola el despacho y acaba con las reservas en menor tiempo del habitual.
Ángel Armando Rincón, propietario de una estación de combustible lo explicó así: «Las estaciones tienen unos tanques y cada tanque mete una cantidad considerable de combustible, tanto de 91 como de 95 octanos. Ese despacho se realiza y por lo general, la estación de servicio, en su dinámica, surte equis cantidad de vehículos. Son cifras aproximadas que se llevan en la contabilidad de cada estación de servicio. Si en un día, una bomba de gasolina surte a más del doble de lo que habitualmente despacha, desde luego, el despacho será irregular y el combustible se terminará acabando antes de lo previsto. Aquí hay una mala práctica de muchos ciudadanos que incluso no tienen necesidad urgente de abastecer sus vehículos e igual hacen la cola, bien por temor, bien por hacerse eco de rumores, bien porque cuadraron sus negocios con los pimpineros o bachaqueros de gasolina o sencillamente por que les place ser parte de una cola de carros que en muchos casos trasciende lo tolerable».
Ciertamente, las estaciones están surtidas, como lo prometió el alcalde, pero no se normaliza el despacho, la gente sigue abarrotando las inmediaciones de las estaciones como si fuera la última gota de gasolina sobre la faz de la tierra.
Pdvsa admitió que había retrasos en el despacho de combustible y atribuyó esa irregularidad a las consecuencias generadas por las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos que trastocan el normal desenvolvimiento en los pagos y transacciones.
El alcalde Casanova y el gobernador Omar Prieto conversaron con funcionarios del departamento de Mercadeo Interno de PDVSA con miras a evaluar y solucionar la situación y de la reunión salió humo blanco, las gandolas han surtido, las estaciones están despachando, pero las colas no cesan, más bien se incrementan.
Redacción Notizulia
