La oposición venezolana rechazó que el presidente Nicolás Maduro jurara este jueves como mandatario reelecto ante la oficialista Asamblea Constituyente, calificando el acto de «farsa» y alegando que ese órgano carece de autoridad para ello.
«El acto escenificado hoy es otro capítulo de la farsa con la que se ha pretendido expropiar a los venezolanos su derecho a elegir un nuevo presidente», señaló la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en un comunicado.
La MUD boicoteó las elecciones del domingo pasado, en las que Maduro fue reelecto con 68% de los votos y una abstención de 54%, la más alta en la era democrática de Venezuela -que comenzó en 1958- para unas presidenciales.
«Ni fue esa una toma de posesión ni la Constituyente tenía autoridad constitucional para administrarla. Y, como todos en Venezuela y el mundo sabemos, tampoco la del domingo 20 de mayo fue una elección», acota el texto.
Alineados con la MUD, Estados Unidos, la Unión Europea y el Grupo de Lima -integrado por Canadá y trece países latinoamericanos- desconocieron los resultados de las votaciones, por considerar que no ofrecieron garantías para ser «justas y libres».
La oposición considera que la Constituyente, de plenos poderes e integrada exclusivamente por oficialistas, es «ilegítima» pues su convocatoria no fue aprobada en un referéndum.
En el decreto de juramentación, leído por la presidenta de la Constituyente, Delcy Rodríguez, se aclara que además del acto de este jueves debe realizarse la investidura de Maduro el 10 de enero.
Según la Constitución, que está siendo reformada por la Constituyente, el presidente electo debe posesionarse ese día ante el Parlamento.
Pero el Legislativo, de mayoría opositora, fue declarado en desacato por el Tribunal Supremo de Justicia -de línea oficialista-, que considera nulas todas sus decisiones.
«¡Ya basta de burlas!», añade la oposición, asegurando que su principal objetivo es luchar por una «elección limpia que produzca libremente un nuevo gobierno».
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