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El Papa se hizo presente el viernes a las 6 de la mañana y no a las 16 horas local (cuatro horas menos) a la Piazza di Spagna, en pleno centro de Roma, para el tradicional homenaje del pontífice de turno, desde 1857, a la columna de 27 metros que tiene en la cumbre una imagen de la Virgen María venerada por los católicos. Otra tradición: uno de los bomberos de Roma llevó hasta la cima la corona de flores del homenaje.
La agencia italiana ANSA informó este viernes que el Papa llegó a las 6, cuando todavía era de noche a rendir homenaje a la Inmaculada en su día, que es fiesta nacional en Italia. Cuenta ANSA que Francisco llevó un cesto de flores, que los bomberos pusieron a los pies del monumento. El Papa rezó en silencio y en privado. Luego se marchó.
La Sala de Prensa afirmó que el Papa pidió en sus oraciones a María el milagro de la cura de tantos enfermos, y de su curación, también para los pueblos que sufren diariamente las guerras y la crisis climática» Señaló, además que, para evitar las multitudes con el consecuente riesgo de contagio del Covid-19 (están aumentando vistosamente en Italia los enfermos de la pandemia mundial) el Papa había preferido un acto de devoción privado.
Francisco pidió en sus oraciones a la Virgen María que proteja especialmente a los romanos, la ciudad en la que viven y los enfermos que necesitan “su materna protección en todo el mundo”.
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