Transcurre el comercial Día de San Valentín o Día del Amor y la Amistad en una Venezuela maltrecha y hundida en una espantosa crisis que impide a los enamorados y amigos dar, como en otrora, aquellas muestras de afecto y de cariño mediante un regalo. Ni para un bolibomba le alcanza al venezolano en medio de la hiperinflación y con noticias como que el sector transporte solo trabajará tres días a la semana. La falta de efectivo y principalmente la carestía y la diluida capacidad adquisitiva provoca incluso anomalías depresivas en los menos acostumbrados a estos padecimientos.
Tales circunstancias, como en todos los Días de… que se han vuelto totalmente comerciales hicieron olvidar la real esencia de esta celebración. Recordemos quién fue San Valentín y lo que llevó al mundo católico a celebrar este día.
San Valentín era un sacerdote que en el siglo III ejercía en Roma. Gobernaba el emperador Claudio II, quien decidió prohibir la celebración de matrimonios para los jóvenes, porque en su opinión los solteros sin familia eran mejores soldados, ya que tenían menos ataduras.
El sacerdote consideró que el decreto era injusto y desafió al emperador. Celebraba en secreto matrimonios para jóvenes enamorados. El emperador Claudio se enteró y como Valentín gozaba de un gran prestigio en Roma, lo llamó al palacio. San Valentín aprovechó aquella ocasión para hacer proselitismo del cristianismo. Aunque en un principio Claudio II mostró interés, el ejército y el gobernador de Roma lo persuadieron para cortarle la cabeza.
El emperador Claudio dio entonces orden de que encarcelasen a Valentín. Luego, el oficial Asterius, encargado de encarcelarle, quiso ridiculizar y poner a prueba a Valentín. Le retó a que devolviese la vista a una hija suya, llamada Julia, que nació ciega. Valentín aceptó y, en nombre del Señor, le devolvió la vista.
Este hecho convulsionó a Asterius y su familia, quienes se convirtieron al cristianismo. De todas formas, Valentín siguió preso y el emperador Claudio ordenó que lo martirizaran y ejecutaran el 14 de febrero del año 270. La joven Julia, agradecida al santo, plantó un almendro de flores rosadas junto a su tumba. De ahí que el almendro sea símbolo de amor y amistad duraderos.
El cuerpo de San Valentín se conserva actualmente en la Basílica de su mismo nombre que está situada en la ciudad italiana de Terni. Cada 14 de febrero se celebra en este templo un acto de compromiso por parte de diferentes parejas que quieren unirse en matrimonio al año siguiente.
¿Y entonces qué regalo?
Regale amor, amistad, compañía, solidaridad. Si usted integra la clase media empobrecida, incapaz de poder comprarle un chicle barato a su amada (o) entonces demuestre su amor como los verdaderos hombres y las verdaderas mujeres, con gestos auténticos de cariño y respeto. Ingéniese, prepárele un buen ambiente en casa y llénela (o) de cariño. Invítela a caminar a la Vereda del Lago o a algún sitio de común agrado. Háblele bonito, dígale cuánto la (o) ama. Muéstrele que usted es su otra mitad así no tenga en sus manos un cuadrito de chocolate Savoy para ofrecer.
Recuerde que esto es circunstancial, que cuando tuvieron, se regalaron, se dieron sus gustos y si ahora tiene la dicha de poder hacerlo, no lo piense, hágalo, engalane con un buen detalle a su ser amado, pero sin no tiene como, entonces igual, hágale sentir bien con gestos de amor y respeto, pensando que estamos en crisis y que pronto, más temprano que tarde saldremos de ella para volver a la Venezuela de los regalos y los detalles que hacen vibrar las fibras del alma. ¿Qué amor con hambre no dura? En Venezuela rompimos el molde.
Redacción Notizulia